Un apéndice de retraso

 Las fechas del calendario de los nadadores suelen ser indiscutibles. Los entrenadores seleccionan los momentos del año en que deben desarrollar el fondo físico, ajustar su técnica o aflojar en sus entrenamientos según sus objetivos. Pero a Duane da Rocha, campeona de Europa en 2014 de 200 metros espalda, se le cruzó al comenzar el verano un evento inesperado que cambió su agenda y su trayectoria. El 3 de junio fue operada de apendicitis, un frenazo a sólo dos meses del día en que debía competir en su especialidad estrella en los Mundiales de Kazán.

«Empecé la temporada con una idea y ahora con la operación tengo que afrontarla de otra manera. Voy muy positiva y con ganas de hacerlo bien, pero también sé que no he hecho todo el trabajo que debería haber hecho. Se cortó la preparación en un momento muy importante y soy realista, pero la esperanza es lo último que se pierde», confesaba por teléfono antes de partir a Kazán. El apéndice detuvo su carrera y rebajó sus opciones para los Mundiales en la fase decisiva de los entrenamientos. «Estuve casi tres semanas con los puntos y cuando me los quitaron estuve otras dos semanas sin hacer trabajo intenso. Simplemente me podía tirar a nadar y los médicos fueron muy estrictos con eso porque es una operación muy fácil y para una persona normal la recuperación es muy rápida, pero para un deportista que está usando el abdominal todo el rato tiene unos riesgos de que salga...», explicaba sin perder su buen humor. Con un apéndice menos y un retraso asociado en su preparación lo probó en los 100 metros espalda en Rusia sin lograr superar la primera fase. Este viernes será el turno de las de 200 metros, su especialidad, la prueba en que se asocia con Melani Costa para optimizar sus marcas.

«Al principio piensas que ojalá hubiera ocurrido en otro momento, pero cuando lo piensas fríamente... ¡Menos mal que me ha pasado ahora y no el año que viene! Porque entonces sí que hubiera sido muy difícil», señala quien tiene los Juegos Olímpicos de 2016 en su agenda de citas indiscutibles después de su debut en Londres 2012. Para acudir a Río de Janeiro, Duane da Rocha cuenta con más tiempo y opciones, aunque la espaldista nacida en Brasilia y afincada en Málaga ha descartado la vía más fácil: alistarse con el pabellón sudamericano. Mayores compensaciones económicas, acceso a las instalaciones y numerosas ayudas a los anfitriones podrían haber seducido a la deportista de acento malacitano. «Hubo una temporada que lo pensé porque me sentía un poco, no sé, que necesitaba un cambio. También me echaba para atrás porque yo siento demasiado los colores, pero no sé si sería capaz de entrenar con un país, que sí nací allí, pero que realmente no lo siento. Me sentiría un poco incómoda», revela la joven que ha empezado a entrenar en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat después de conseguir sus mejores resultados en las instalaciones de Málaga. De momento, las raíces no atraen lo suficiente como para representar a la bandera del 'Ordem e progresso', aunque le espera una sensación diferente cuando salte a la piscina de Río de Janeiro dentro de un año. «Está toda mi familia por parte madre y sería un orgullo competir allí delante de ellos y de mi país natal. Pero competir por mi bandera me gustaría más», insiste.

De momento, la nadadora española sin apéndice tendrá en Kazán la oportunidad de ensayar con más entrenamientos a sus espaldas. La húngara Katinka Hosszy, la alemana Jenny Mensig y la británica Elizabeth Simmonds no tendrá piedad con ella por su postoperatorio, pero el «espíritu indestructible» del que presume Duane da Rocha no permitirá que regrese satisfecha con la compasión de los demás: «Me gustaría volver con la sensación de que he luchado y no ha tenido nada que ver que he tenido una apendicitis. Si eso me lleva a una semifinal o a una final, pues mejor, pero la sensación me la quiero traer para poder iniciar la temporada con ganas».