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Es el corro por excelencia de la lucha leonesa. El que lleva intrínseco toda esa tradición, esa esencia de este deporte autóctono, que dio sus primeros pasos a base de desafíos, como el que se lanzan cada año, en otoño, la Montaña y la Ribera.
Al tradicional grito de '¿Hay quien luche?', este corro lleva la rivalidad, bien entendida a nivel deportivo, a la palestra. 39 luchadores vestidos de verde, representando a la montaña, retan a otros tantos vestidos de azul, llevando el nombre de la Ribera.
Cistierna ha sido el escenario de este corro, el que más pasiones levanta, el que más emociones despierta, y en el que todos, desde prebenjamines hasta los sénior pesados, están representados.
Todos salen a luchar, todos quieren dejar el pabellón bien alto para demostrar que su equipo es el mejor. Bajo un ambiente de gala, único y especial que se da en esta cita, los luchadores han dado lo mejor de sí.
Este espectáculo de mañas, de fuerza y de inteligencia ha tenido como nota predominante ese ambiente de trabajo en equipo que no se ve en otros corros. Porque este es el Montaña-Ribera, porque es la cita más especial de la temporada donde el gallo y el mazapán están en juego, siendo dos de los trofeos más preciados de la temporada de aluches.
Emoción, garra y sentimiento de pertenencia dan a este Montaña-Ribera ese sabor de lo tradicional, de lo añejo, de los inicios de la lucha leonesa, que se mantiene año tras año en una de las citas más especiales del calendario.
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Antonio Paniagua y Sara I. Belled
Abel Verano
Fernando Morales y Álex Sánchez
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