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Ya advertían que era el corro Ribera-Montaña más igualado de los últimos tiempos. Y las previsiones no estaban, para nada, desencaminadas. Eso sí, el resultado ha sido el mismo que en los últimos diez años: el gallo se va para la Montaña.
La Montaña ... ha vuelto a vencer a la Ribera. Como viene sucediendo desde 2013, elevando su reinado a hegemonía, su mandato a dictadura, en el corro por antonomasía, en el corro de los corros, en el corro de la pasión. El marcador general ya señala una ventaja importante para los 'verdes': 18-12 para la Montaña.
Todo ello lo comprobó un pabellón de Navatajera lleno, que quería presenciar este equilibrado corro. La expectación fue máxima y no era para menos, porque la igualdad era palpable, evidente y todo apuntaba a una resolución taquicárdica.
Solo una gran racha de Adri García, de la Ribera, que logró cuatro caídas, hacía romper esa igualdad. «¿Y si este año sí?», pensaban los de azul. Pero Chelín se encargó de parar los pies a Adri que, sin embargo, cayó mal, golpeó con la cabeza en el suelo y tuvo que ser trasladado al Hospital de León.
Todo se resolvería en el último combate. Caberín, por la Ribera, llegaba con una sola caída a sus espaldas, sin mucho desgaste. Y la Montaña - plagada de bajas - utilizaba su última bala: Pedro Alvarado. El montañés, que no llegaba en plentiud física, logró vencer a su rival y que el gallo, una vez más, en un viaje casi recurrente, se fuese para la montaña.
El mazapán - premio otorgado al luchador que más caídas consiga - también viajó para la parte norte de las vías de Feve en manos del cadete Ricardo Marcos, que consiguió hasta siete caídas.
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