Rusia, excluida durante cuatro años de participar en Juegos Olímpicos y campeonatos mundiales

Según la fuente, la medida se ha adoptado a causa de la falsificación de los datos de las pruebas antidopaje entregados a la AMA por el laboratorio de Moscú de la Agencia Rusa Antidopaje (Rusada). De esta forma, Rusia no estará en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y tampoco en los de Invierno de Pekín 2022. El mismo portavoz explicó que «la lista completa de recomendaciones -a aplicar contra Rusia- fue aprobada por unanimidad» de los doce miembros del Comité Ejecutivo.

A juicio del primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, la decisión tomada en Lausana es una de las manifestaciones de la «histeria antirrusa» reinante. «Todas estas decisiones se repiten contra deportistas que ya han sido castigados, lo que nos lleva a pensar en que la histeria antirrusa se ha convertido en crónica», dijo, pese a que volvió a admitir que «está claro que existen serios problemas de dopaje en el seno» del «mundo deportivo» ruso. Ante los miembros de su gabinete, Medvédev dijo que «hay que estudiar si se interpone un recurso».

Moscú podrá ahora recurrir la medida adoptada por el Comité Ejecutivo de la AMA. Sin embargo, el Comité Independiente de Revisión de Cumplimiento (CRC) considera que es poco probable que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) levante la sanción y que, según alertó en rueda de prensa Jonathan Taylor, uno de los miembros del CRC, «si se retrasa deliberadamente la decisión para que no afecte a los Juegos de Tokio 2020, entonces se retrasaría hasta los de París 2024». «Depende de los rusos decidir a qué Olimpiadas acudirán», añadió Taylor.

El funcionario deportivo del CRC dijo que podría haber un replanteamiento de las consecuencias para Rusia del fallo del Comité Ejecutivo de la AMA, pero si Moscú cooperara con las investigaciones de dopaje de sus atletas y dejase de manipular datos. Taylor deploró que las autoridades rusas podrían haber evitado la sanción con una mayor colaboración, pero «no ha sido así».

La campeona mundial de salto de altura, la rusa María Lasitskene, calificó lo sucedido de «vergüenza». «No dudaba de dicho desenlace. No me creía los cuentos de que todo irá bien. Lo que ha pasado es una vergüenza», escribió en su cuenta de Instagram. «Lucharé por mí misma y por competir. Nunca tuve intención de cambiar de ciudadanía y no lo haré ahora. Demostraré en la pista que los deportistas rusos están vivos, aunque sea en calidad de neutrales. Es lo que he hecho durante los últimos años», afirmó también.

De hecho varias federaciones deportivas rusas ya han anunciado su intención de acudir a las olimpiadas bajo bandera neutra. «Claro que preferimos que nuestros atletas participen bajo la bandera rusa y escuchen el himno nacional, pero las circunstancias son otras y nadie tiene derecho a privar a los deportistas inocentes de sus sueños», aseguró Vladímir Sálnikov, presidente de la Federación Rusa de Natación.

Por su parte, el director de la Rusada, Yuri Ganus, pidió al presidente Vladímir Putin que tome cartas en el asunto y sustituya a los dirigentes deportivos del país. Ganus cree que su país «no tiene ninguna opción» de que el TAS le dé la razón en caso de que se presente el recurso.

Como ya sucedió en los Juegos Olímpicos de Pyeongchang 2018, la bandera rusa no podrá aparecer en Tokio, Pekín ni tampoco en los Paralímpicos u olimpiadas juveniles. Tampoco en ningún campeonato internacional que se acoja al código mundial antidopaje. Todas estas limitaciones estarán vigentes para Rusia durante cuatro años.

Los deportistas rusos, no obstante, podrán competir como «neutrales» si se prueba que no tienen nada que ver con el sistema de «dopaje institucional» montado en el país entre 2011 y 2015.

La sanción implica también que ningún funcionario ruso, deportivo o gubernamental, podrá asistir a la celebración de competiciones mundiales. En esos cuatro años, Rusia tampoco podrá organizar en su territorio campeonatos ni presentar su candidatura a organizarlos aunque sea en fechas que superan ese plazo.

Las competiciones ya asignadas, si caen dentro del periodo de la sanción, deberán pasar a otros países. Tal va a ser el caso de los Mundiales masculinos de voleibol en 2022, la Universiada de verano en 2023, concedida a Ekaterimburgo y los Mundiales de lucha en 2022 en Krasnoyarsk.

La prohibición no se extenderá a la Eurocopa2020 de fútbol, donde hay cuatro partidos previstos en San Petersburgo, así como la final de la Liga de Campeones 2021, programada también para celebrarse en la antigua capital imperial rusa, ni tampoco la fase de clasificación para el Mundial 2022 de Catar, aunque, si se clasificara y según Taylor, «no podrán participar, salvo que se establezca un mecanismo para que lo hagan de forma neutral». El Gran Premio de Fórmula 1 de Sochi, no obstante, continuará disputándose cada año.

La recomendación de suspender a Rusia durante cuatro años de las competiciones partió el mes pasado del CRC y lo hizo porque no fueron satisfactorias las explicaciones dadas por el Ministerio de Deportes ruso sobre la existencia de «incoherencias» en los datos del laboratorio de Moscú entregados a la AMA en enero.

La principal condición exigida a Rusia cuando, en septiembre del año pasado, le fue levantada la sanción de suspensión que pesaba sobre la Rusada desde 2015 era poner a disposición de la AMA todos, absolutamente todos, los datos del laboratorio de Moscú. Aquel castigo que sufrió la Rusada durante tres años fue consecuencia de prácticas como sustituir muestras que daban presencia de sustancias prohibidas en la Olimpiada de Invierno de Sochi 2014 por otras con indicadores limpios. El deporte ruso en su conjunto fue acusado de «dopaje de Estado».