Raúl Entrerríos, una carrera de leyenda que tomó vuelo en León

En un guión de película, pero de filme bueno y emotivo, el asturiano fue el encargado de anotar el último gol del último partido de su carrera, la victoria 31-33 ante Egipto que dio ese preciado metal de bronce a España.

Hoy día, todo el mundo del balonmano reconoce y aprecia la valía y calidad de un Raúl Entrerríos que vio como Manolo Cadenas fue el primer gran nombre que detectó su talento y se lo quiso llevar a León.

En Asturias, el central gijonés se formó en el Grupo Astur Balonmano para firmar, posteriormente, por el Gijón Balonmano, con el que se proclamó campeón de España júnior. Fue ahí cuando el 'radar' de Cadenas llegó hasta el menor de los Entrerríos para tener a uno de los hermanos en su equipo: Alberto Entrerríos, que ya había ganado la Liga Asobal en León, se fue ese verano al FC Barcelona.

Con Cadenas, el crecimiento de Raúl Entrerríos fue exponencial y, en seis temporadas en León, pasó de ser una gran promesa a ser uno de los referentes del balonmano nacional, ganando en el Palacio de los Deportes una Recopa de Europa y una Copa del Rey.

En este periplo también se convirtió en internacional y formó parte de la selección nacional que logró en Túnez, en 2005, el primer campeonato del mundo del balonmano español, en un equipo donde también estaba Juanín García.

En 2007 fichó por Valladolid para, en 2010, recalar en el Barcelona, donde ha jugado las últimas 11 temporadas. Historia del balonmano nacional, Raúl Entrerríos ha puesto el cierre idílico a una carrera de cine cuyos capítulos iniciales y, sin duda, indispensables para la trama final, se vivieron en León.