«¿Por qué no veremos en Tokio las zapatillas voladoras?»
José Manuel López Nicolás
Vicerrector de Transferencia y Divulgación Científica de la Universidad de Murcia
Miércoles, 21 de julio 2021, 02:19
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José Manuel López Nicolás
Vicerrector de Transferencia y Divulgación Científica de la Universidad de Murcia
Miércoles, 21 de julio 2021, 02:19
El 12 de octubre de 2019 el mundo del atletismo entró en shock. Por primera vez en la historia un atleta corrió la maratón en menos de dos horas, concretamente en 1:59:40. El protagonista de la gesta fue el keniata Eliud Kipchoge y ... su hazaña abrió las portadas de los principales medios de comunicación. Sin embargo, la World Athletics, el órgano de gobierno del atletismo a nivel mundial, decidió no homologar la marca lograda en Viena durante el transcurso del Desafío INEOS 1:59. Las causas fueron varias (uso indebido de liebres, avituallamiento irregular, distancia recorrida no medida oficialmente.) pero, sin duda, la acusación más polémica que recibió Kipchoge fue que se había dopado tecnológicamente. ¿A qué me refiero? A que para conseguir el récord el keniata empleó unas zapatillas, las 'Nike AlphaFly', cuya composición no se ajustaba a la normativa vigente.
Desde el punto de vista científico-tecnológico, las principales novedades de las 'Nike AlphaFly' podemos resumirlas en cuatro:
1. La zona superior de la zapatilla ('upper') está formada por una malla ultraligera, transpirable e impermeable llamada Atomknit.
2. Contienen una espuma reactiva denominada 'ZoomX' que es capaz de devolver un 85% de la energía generada en cada pisada.
3. Tienen varias placas de fibra de carbono en su interior.
4. Poseen una cámara de aire bautizada como 'Air Zoom' que ofrece un gran impulso y reactividad.
Llega el momento de hacernos la gran pregunta. ¿Qué ventajas proporcionan al corredor estas revolucionarias zapatillas diseñadas en el departamento de I+D+i que Nike tiene en Portland? Por una parte, son mucho más ligeras que los modelos anteriores. Además, ofrecen una mayor resistencia a los impactos, son mucho más estables y su composición facilita la disipación del calor. Pero su gran valor añadido es el 'efecto muelle' que proporciona un empuje adicional y que supuestamente ayudó a Kipchoge a correr los míticos 42 km y 195 metros en menos de dos horas. Según los grandes especialistas en biomecánica, el rendimiento de Kipchoge se vio aumentado entre un 4 y un 6 % por el uso de las 'Nike AlphaFly'. Aquel día el keniata corrió a una velocidad de más de 21 kilómetros por hora de media. Una brutalidad.
Tras el Desafío INEOS 1:59 se desencadenaron reacciones de todo tipo. Unos acusaron al corredor africano de hacer trampas. Otros lo vieron como un paso más del atletismo moderno fruto del progreso científico-tecnológico. ¿Qué posición adoptó la World Athletics? No solo no admitir la marca de Kipchoge por uso de calzado irregular sino también establecer una serie de pautas para que unas zapatillas puedan ser utilizadas en competiciones de ruta. En primer lugar ya no se permiten prototipos como las 'Nike AlphaFly'. Desde el 30 de abril de 2020 los deportistas únicamente pueden emplear zapatillas que estén disponibles para cualquier atleta al menos cuatro meses antes de la competición en el mercado minorista ('online' o en tiendas). Además, las zapatillas que veremos el 8 de agosto en la maratón de los Juegos de Tokio 2020 deberán tener un grosor inferior a 40 mm (la suela del modelo 'AlphaFly' supera los 50 mm). Tampoco podrán contener más de una placa rígida incrustada como ocurrió en el caso de las revolucionarias zapatillas de Kipchoge. Por tanto, no habrá zapatillas voladoras en Tokio. Es lo que hay.por ahora.
Acabo, pero no sin antes hacer una reflexión. Hay quien opina que el ser humano ha llegado a sus límites físicos, por lo que cada vez se batirán menos récords en el mundo del atletismo. No estoy de acuerdo. Dudo mucho que los atletas hayan alcanzado dichos límites pero de lo que estoy completamente seguro es de que en los próximos años aparecerán nuevos materiales que seguirán revolucionando la ropa deportiva, las zapatillas e incluso las superficies donde se celebran las competiciones atléticas.Y todo ello ayudará a que las marcas sigan cayendo. No se le puede poner vallas al campo. Tampoco al progreso científico-tecnológico.
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