Una luchadora Marta García se queda cerca de la final

Solo estar ahí era ya un sueño, una ilusión hecha realidad y un premio a un año excepcional. Pero Marta García, que de hambre y ambición sabe bastante, no se conformaba sólo con estar: quería algo más, pese a ser consciente de lo difícil que era.

La fondista leonesa ha debutado este viernes como olímpica en París, en su prueba predilecta, el 5.000 metros. Y ha luchado por entrar en la final olímpico del lunes con todo lo que tenía. Pero no ha sido suficiente.

Con un décimo puesto – se clasificaban las ocho mejores -, García ha finalizado esta participación en los Juegos Olímpicos dejando sobre el tartán de París las cualidades que le han hecho llegar hasta aquí: valentía, entrega y un estado de forma sensacional.

Pero se medía a las mejores del mundo como Hassan, Kipyegon, Battocletti, Tsegay o Kipkemboi. No rehúyo la batalla la leonesa en una carrera donde puso un ritmo muy vivo la japonesa Yamamoto que, incluso, tomó unos metros de ventaja.

En el corazón del grupo, Marta García hacía su carrera, que estaba siendo relativamente lenta, aguardando al momento de culminar esta prueba y poder estar en la final del lunes.

Superados los 3.000 metros, subió el ritmo y Marta aguantó. Se seleccionó el grupo, que se quedó en once atletas, con la leonesa entre ellas: había opciones. Pero el ritmo no paraba de crecer, porque las grandes favoritas querían acelerar.

Peleó y se intentó agarrar, pero a falta de 500 metros, cedió. Intentaba recortar distancias, corriendo casi más con el corazón que con las piernas. Pero el tren de ese sueño de estar en la final, que no era inalcanzable, se iba alejando más y más.

Finalmente, la leonesa entró en décima posición, con un tiempo de 15:08.87 en un debut más que honroso de Marta García, que quiso agarrarse hasta el final a sus primeros Juegos Olímpicos.

La atleta leonesa, tras acabar la prueba, ha reconocido que el pase a la final se complicó mucho al conocer las listas de salida en una circunstancia que incluso la llevó a consultar el motivo, según explicó: «Las veía muy desequilibradas y lo consulté, parece que se realizan por mejor marca de la temporada, la más rápida del mundo ni siquiera tenía marca y otra clara candidata a medalla estaba por detrás de mí, al final las 9 mujeres que me han ganado han corrido por debajo de 14:35 y ellas tenían ese margen que yo no tengo».

Así, explicó que «correr 14:44 (su récord de España) en una carrera sostenida es relativamente más fácil que bajar de 15 minutos en una carrera como esta a tirones, yo he intentado ir al cambio y en los últimos 500 metros me he vaciado para intentar estar ahí, no he cesado en el intento porque creía que alguna podía caer, pero se ha visto que no, que están más fuertes y que hay que seguir luchando».

Una reflexión que sirve para esta primera experiencia olímpica, que aseguró «supone una motivación«. »He descubierto mi realidad, porque venía pensando que podía estar en la final y durante más de 4.000 metros estaba convencida de que así sería, pero me han faltado 500 metros que son muchísimos, me falta cerrar un hueco a nivel mundial con las mejores y en esta carrera se ha visto, tengo mucho que hacer aún y dar otro paso adelante para estar con esas mujeres».

Por lo tanto, reconoció llevarse de París «un sabor agridulce, contenta con ser olímpica, pero no con no haberme podido meter en la final, seguramente mañana lo vea diferente».

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