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España pasa a semifinales con un 'hat trick' de Rafa Mir

Nada más salir, el ariete murciano forzó la prórroga 'in extremis' y hundió a Costa de Marfil, vapuleada con tres goles en la prolongación

Aser Falagán

Viernes, 30 de julio 2021

El fútbol entra de lleno en la lucha por las medallas, y con él una España que progresa adecuadamente, pero que no ha conseguido disipar todas las dudas generadas a su alrededor. Como la Roja, la olímpica apuesta por la posesión y el toque; por ... la circulación y el 'jogo bonito'. Cuando puede, claro. Pero como la absoluta tiene una dialéctica inconsolable con el gol que le hace sufrir demasiado. Ante rivales grandes y chicos; en partidos grandes y chicos. Hoy toca el de Costa de Marfil (10.00, hora española), rival de España en unos cuartos de final que custodian la puerta del lugar en el que se lucha por las medallas.

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España es teóricamente superior a los africanos, pero ya se sabe que el papel lo soporta todo. Tanto como Pedri, que por fin tuvo un cuarto de hora de descanso ante Argentina pero que de nuevo será carburador y dirección de España en un partido en el que ya no hay margen de error. Ya no hay liguilla ni otra oportunidad; un nuevo empate llevaría a la prórroga y los penaltis. La última vez que España vivió eso fue hace pocas semanas en la Eurocopa y la suerte fue dispar, como bien lo recordarán los nada menos que seis jugadores de aquel equipo de Luis Enrique que están ahora con Luis de la Fuente en Japón.

Cambios no se prevén apenas. Unai es imprescindible en la portería, encontrar una pareja de centrales más solvente que Eric García y Pau Torres parece complicado y Oyarzabal ha aportado el poco gol que tiene España. Como está claro que Pedri seguirá jugando mientras la máquina no se gripe, los puestos más sensibles parecen adjudicados. En consecuencia, el equipo que juegue hoy será muy similar al que empató contra Argentina. Todo lo más algún relevo y las aspiraciones de Mingueza de volver a jugar aunque ande aún algo renqueante de su lesión en el partido inaugural.

Costa de Marfil se clasificó como segunda de su grupo por detrás de Brasil, al que la Roja evitó por terminar líder del suyo y dejando fuera nada menos que a Alemania. Los africanos derrotaron a Arabia Saudí y empataron con la Canarihna y los alemanes en un partido en el que la Mannschaft se jugaba el pase. Dos cartas de presentación que demuestran que se trata de un adversario muy serio ante el que no cabe ningún tipo de autoconfianza.

La eliminatoria ante Costa de Marfil constituye una magnífica oportunidad de reivindicarse para los de Luis de la Fuente. El torneo olímpico ya se ha dejado por el camino a varios de sus favoritos, en especial Argentina y Alemania, y no da cabida además a demasiadas selecciones europeas ni sudamericanas. En consecuencia, el ganador del duelo hispano-marfileño tendrá el camino más o menos marcado hacia la final, porque en semifinales le esperará el vencedor del duelo entre la débil Nueva Zelanda y la selección local, un Japón que en unos Juegos a puerta cerrada no tendrá el apoyo de su público.

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Por el otro lado del cuadro, Brasil es el gran favorito, pero ¡independientemente de lo que suceda con los cariocas, España tiene la ocasión de sumar otra medalla a las tres que ya tiene en fútbol: la de oro de Barcelona 92 y las platas de Amberes 19230 y Sidney 2000.

Al final, 5-2. Paseo militar, ¿no? Pues nada más lejos de eso. España ya está en las semifinales de los Juegos y tiene la medalla a tiro, sí, pero en el minuto 90 perdía 1-2 y estaba eliminada. Ocurra lo que ocurra, a La Roja le quedan dos partidos, y con ganar solo uno de ellos será medallista. Todo después de que

Cinco de descuento pero el disgusto duró dos minutos, hasta que un Mir al que el técnico sacó al campo a la desesperada marcó cuando apenas le había dado tiempo a sentir el césped. Después marcaría otros dos, el de la sentencia y el del 'hat trick'. Pero si hubo otro protagonista, además del murciano, fue Bailly, estrella de la dualidad marfileña que pasó de némesis a involuntario aliado. De marcar el primer tanto a regalar el balón para que España empatara en el tiempo añadido y hacer el penalti que encarriló la victoria de La Roja.

Comenzó España como la orquesta del Titanic, tratando de hacer música mientras se le colaba el agua por todas partes. A los diez minutos Unai había tenido que despejar a córner un disparo de Eboue Kouassi, el recién reincorporado Mingueza tenía que abandonar el campo resentido de su lesión, Pau había pisado accidentalmente a Unai, que manaba lo de sangre y Eric Bailly había puesto por delante a los marfileños. El error en el gol fue de bulto. En el área pequeña y sin siquiera cabecear. Baily había marcado con el pie entre los centrales. Solo le faltaba a España que a Pedri le cayera un piano en la cabeza.

España

Unai Simón, Mingueza (Vallejo, min.9), Eric García, Pau Torres, Miranda (Cucurella, min. 106), Zubimendi (Moncayola, min. 106), Mikel Merino (Mir, min. 91), Pedri (Carlos Soler, min. 101), Asensio (Bryan Gil, min. 67), Oyarzabal y Dani Olmo.

5

-

2

Costa de Marfil

Eliezer Ira, Diallo, Dabila, Baily, Singo, Timité (Diallo, min. 62), Kouassi (K. Koffi, min. 114), Kessie, Kouame (Keita, min. 89), Gradel y Dao.

  • Goles: 0-1: Baily (1-0). 1-1: Dani Olmo (min. 30). 1-2: Gradel (min. 90). 2-2: Mir (min. 90+2). 3-2: Oyarzabal, de penalti (97). 4-2: Mir (min. 116). 5-2: Mir (min. 119).

  • Árbitro: Jesús Valenzuela (Venezuela). Amarillas a Oyarzabal, Dani Olmo, Dabila, Eric García y Caerlos Soler.

El canario, por cierto, no estaba tan lúcido como en otras ocasiones, y esta España solo brilla de verdad cuando lo hace Pedri. La circulación era más lenta de lo habitual, y si con esa receta ya le cuesta llegar a La Roja, cocida a fuego lento se podía quedar seca. De la Fuente demostró tener cintura y España cambió de plan, con un juego algo más vertical y directo que sin grandes alarde comenzó pronto a dar sus frutos.

Una mano en el área que daba igual si fue o no, porque se señaló un fuera de juego previo al disparo de Dani Olmo, y un susto marfileño a la contra precedieron al tanto del empate. Mikel Merino, que parece definitivamente absuelto tras su castigo por el partido ante Egipto, asistía en vertical a Dani Olmo para que el catalán batiera a Eliezer.

Por fin se desperezaba la Roja, pero la defensa seguía dejando algún detalle preocupante. Los sólidos Eric García y Pau Torres no lo eran tanto y sufrían en algunos centros desde las bandas, como el que habilitó a Dao y obligó a Unai a lucirse de nuevo antes de que el VAR anulara un gol de Oyarzabal.

El segundo acto presentó a una España más sólida y con un gran recetario. ¿Qué había que aburrir al rival a base de ronditos? Pues adelante ¿Qué tocaba probar desde lejos? Pues Mikel Merino cedía a Asensio para que el mallorquín disparara desde fuera del área y estrellara el balón contra la cruceta ¿Qué había que sorprender en jugada individual? Olmo se inventaba un disparo.

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Pero la superioridad no se traducía en gol; en ventaja en el marcador, y los marfileños seguían al acecho, ofreciendo la sensación de poder adelantarse de nuevo en cualquier momento en una rápida contra. Su receta: ni circular ni conducir, sino buscar la espalda y ahorrar trámites en el centro del campo a base de pases largos. Por si fuera poco, una vez los primeros zarpazos no hicieron sangre, la Roja comenzó a adormecerse. Quizá por eso De la Fuente hizo entrar a Bryan Gil en lugar de un buen Asensio.

Hubo aún tiempo para un disparo lejano de España, una gran parada de Eleizer en el mano a mano ante Oyarzabal y que Miranda evitara el tanto marfileño antes de llegar a la catarsis de los últimos minutos. Sobre el minuto 90, aún con empate a uno en el marcador y cuando todo el mundo pensaba ya en la prórroga, Max Gradel colaba el balón ante Vallejo, que involuntariamente desviaba el disparo cruzado lo justo para que Unai no pudiera evitar el gol. Mir salió de inmediato al campo para intentar arreglar el desaguisado y vaya si lo hizo, con la caña preparada ante la caraja de la defensa marfileña, para aprovechar el regalo de Bailly, que todavía estará pensando cómo cabeceó así. Ni un minuto llevaba el murciano sobre el césped.

La prórroga parecía llamada a ser un anticlímax tras el festival de los últimos minutos reglamentarios, pero lo que tenía reservado era un rápido tanto de España, que tuvo que readaptar su alineación para encajar una entrada de Mir que había sido un recurso de emergencia.

A punto de cumplirse el 94, Bailly, constante protagonista del partido para lo bueno y lo malo, despejaba con la mano un balón al área y Valenzuela señalaba, a instancias del VAR, el penalti que Oyarzabal convirtió en el 3-2. España había pasado de estar eliminada a tener la clasificación en el bolsillo. Pudo sentenciar España en una jugada de Mir que desbarató Eleizer y que Oyarzabal no supo aprovechar al rechace. Lo hizo poco después, en el 116, el propio Rafa Mir. El pase y la lucha por las medallas, aunque muy sufridas, quedaron garantizados. El rival en semifinales será la selección de Japón que lidera Kubo y ejerce como anfitriona y se clasificó tras vencer a Nueva Zelanda por penaltis.

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