Támara Echegoyen y Paula Barceló, a las puertas de medalla en 49erFX

Desde el principio sus rivales se lo pusieron difícil. Con una salida por mitad de la línea y con viento libre, las españolas no tuvieron su mejor ceñida y llegaron a la boya de barlovento séptimas. Remontaron en la popa, pero una penalización de una vuelta tras dar con su spi a otra tripulación les hizo volver a perder posiciones. Terminaron sextas, con lo que se esfumaba la posibilidad de metal y finalizaban cuartas en la general, a sólo un punto de las terceras.

«Estos Juegos han sido muy extenuantes. Ha sido una situación de continua lucha debido a las condiciones que hemos tenido y quedarte a un punto de la medalla no es agradable. Pero esto es parte del deporte: pierdes muchas veces para ganar solo una. Dije que iba a salir al agua para luchar cada metro por una medalla por España, y así lo he hecho, por lo que no puedo estar triste», explicaba emocionada Támara nada más terminar la medal race.

Para Echegoyen, quien atesora un oro en Londres 2012 en Elliot y disputaba sus terceros Juegos, es la segunda ocasión que se queda a las puertas del podio. En 2016 en Brasil llegó a la medal race de 49er Fx -en esa ocasión su tripulante era Berta Betanzos- situada en primera posición y todo el mundo daba la medalla por segura. Entonces también la prueba decisiva la mandó hasta la cuarta plaza y se tuvo que conformar, como ahora, con el diploma olímpico.

Echegoyen y Barceló llegaban a Japón como sextas en el top mundial, a lo que sumaban el título de campeonas del mundo 49er FX de 2020. La pareja lleva navegando junta desde 2018, cuando la gallega concluyó segunda la vuelta al mundo en la Volvo Ocean Race y comenzó a preparar casi de manera 'express' su campaña olímpica con una nueva tripulante. Doce horas al día pensando en los Juegos entre gimnasio, entrenamientos en el agua, clases de táctica, puesta en punto del barco... «El año de pandemia nos ha venido bien para seguir acoplándonos», ha comentado Támara en alguna ocasión. Por medio, tampoco faltaron obstáculos: la gallega tuvo que navegar durante tres meses con una máscara tras partirse la cara en el campeonato de Europa en Weymouth (Reino Unido) en 2019, mientras que la balear se rompió el quinto metatarsiano del pie derecho antes de un mundial de Auckland (Nueva Zelanda) que le hizo no poder pisar el agua. Entraban sólo en tierra.

De 37 años, Támara (va acentuado porque, como ella recalca, es por el río Tambre), es licenciada en INEF y está cursando un master en gestión deportiva. También cuenta con estudios de música, concretamente en violín y piano. Con apenas 5 años sus padres la apuntaron a un curso de vela y desde entonces el mar se ha convertido en su casa. «Perseverante, trabajadora, soñadora y comprometida», como ella se define, no sólo cumplió su sueño de ir a unos Juegos Olímpicos, sino que llegó y topó nada menos que con el oro en 'match race' en Londres 2012 junto a Sofía Toro y Ángela Pumariega. Una medalla que luce en casa de su madre... encima de la nevera.

Para Paula, de 25 años, sus primeros Juegos se saldan con un diploma olímpico. La vela le viene de tradición familiar a esta aspirante a médico que aparcó sus estudios en cuarto de carrera por llegar lo mejor preparada a Tokio. En septiembre ya tiene hecha la matrícula para retomarlos, aunque esta vez tras cumplir su sueño de disputar unos Juegos y quedarse a las puertas de la medalla.