Nico García, octavo en la final del 200 espalda

Ha marcado un crono de 1.59.06 que le ha llevado a la octava plaza, cosechando un diploma olímpico que augura grandes cosas de este talento de la natación española formado en Madrid y que cuando nadie lo esperaba, se ha colado entre los mejores a sus 19 años y en su primera gran competición a nivel mundial. Nada menos que unos Juegos Olímpicos.

A priori, estos no debían ser los suyos. Nicolás apuntaba maneras, pero París'24 o Los Ángeles'28 deben ser más adecuados para afrontar la cita con más madurez, pero lo suyo ha sido un ejemplo de velocidad en su crecimiento. Campeón de España infantil en su segundo año competitivo, semifinalista en su primeros Europeos de la categoría... Su progresión es tan fulgurante que en diciembre logró en Castellón la mínima para estar en Tokio y casi sin experiencia: apenas llevaba unos meses nadando en piscina de 50 metros, ya que antes se entrenaba en la de 25 metros del colegio Gredos San Diego, en Madrid, de cuya cantera también ha salido Jimena Pérez, otra de las olímpicas españolas en Japón.

De cara a su presencia en Tokio empezó a entrenarse en la piscina del CAR y todos estaban convencidos del talento de este joven de 1,93 metros de altura, pero nadie esperaba que llegara a los Juegos y fuera capaz de meterse en la final con un crono de 1:56.35, siete décimas mejor que el tiempo que le había traído hasta aquí. Si las lesiones le respetan y mantiene su progresión y su mentalidad de trabajo, tiene un margen de mejora espectacular. Ya piensa en ponerse en marcas de 1:55 de manera regular antes de abordar las grandes citas del calendario.

La jornada en la piscina tuvo a otra española presente, África Zamorano, que cayó en las semifinales de los 200 metros braza después de marcar un tiempo de 2.10.42.