La marcha masculina, entre el orgullo y la decepción

Pese a todo Álvaro Martín ha mantenido la fe hasta el final porque ha visto que el japonés Yamanishi se descolgaba y ahí se ha vuelto a abrir una puerta hacia el podio. Sin embargo, quedaba muy poco para llegar a meta y el desfondamiento del nipón no ha sido todo lo violento que hubiera deseado el extremeño, que se ha quedado a 18 segundos del sueño del podio olímpico. A 29 de ese bronce ha hecho su entrada Diego García, en esta prueba donde los española han sabido adaptarse a las condiciones de calor y humedad de estos 20 kilómetros marcha trasladados a Sapporo, al norte de Japón.

Tener tan cerca el podio ha dejado muy tocado a Alvaro Martín, que ha reconocido en declaraciones a la Cope que «estoy intentando no llorar pero este cuarto puesto, esta medalla de chocolate, es de chocolate muy amargo. Da mucha rabia quedarte tan cerca», ha explicado el marchador extremeño quien ha admitido que «los tres primeros han sido hoy superiores y solo queda felicitarlos, para después volver a mostrar claramente los síntomas de una enorme decepción por no haber podido alcanzar al menos el bronce.

«Lo primero que he sentido al cruzar la meta ha sido un poco de decepción, porque me he exprimido al máximo, pero luego pensaba 'que uno por ciento falta, maldita sea, para lograr una medalla si solo son 18 segundos, menos de un segundo por kilómetro'. Pero bueno, dentro de tres años tenemos otra oportunidad para que este equipo pelee por las medallas», ha dicho Martín.

Diego García, por su parte, se ha confesado «un poco desilusionado por tener la medalla tan cerca, pero es una de las cosas que llevamos avisando, que es posible hacer una buena carrera sin coger medalla porque también depende de los demás y hay diez o doce atletas que somos candidatos».