Una leyenda en el anillo

Se dio cuenta muy pronto que en las pruebas de carretera sería, como mucho, un buen corredor de equipo mientras que en la pista no tendría límites. El actual director del Centro de Tecnificación del Palma Arena, en el que se preparan un buen número de pistards, dejó el anillo con uno de esos palmarés que asustan. Logró cuatro medallas en tres Juegos Olímpicos distintos. En Sydney 2000 logró el oro en puntuación; en Atenas consiguió la plata en la misma modalidad y en Pekín obtuvo las medallas de oro y plata en puntuación y Madison, la segunda de ellas junto a otro mallorquín, Toni Tauler.

Hay otros Juegos Olímpicos en su palmarés, los de Atlanta, donde se tuvo que conformar con el sexto puesto en la persecución por equipos y el sexto en puntuación. También Arantxa Sánchez Vicario y David Cal lograron el mismo número de preseas que Joan, pero de distintos metales que los de Llaneras. Más de media vida metido en los velódromo no le han hecho desertar de lo que primero fue una afición para terminar convirtiéndose en una profesión.

Para mantenerse con los mejores del mundo había que tener dedicación completa y Llaneras, a base de triunfos, logró meterse de lleno en la pista de la que no saldría más que por la edad. Sus victorias de Pekín tuvieron una dedicación muy especial, a la memoria de su compañero en la prueba de americana y también amigo, Isaac Gálvez, que se estrelló contra una valla en los 2006 en los Seis Días de Gante.

Por si sus logros olímpicos no fuesen suficientes, sus medallas mundialistas necesitan un cesta para ser recogidas. Sumó siete medallas de oro, tres de plata y dos de bronce. Los oros los logró entre los mundiales de Manchester 1996 y de Palma de Mallorca 2007. Once años de actividad cargados de podios que hablan del nivel que tenía, siempre con los mejores. Llaneras, además de sus medallas olímpicas y mundialista dejó también cuando se fue, a los 39 años, la impronta de un deportista que había trabajado mucho para mantenerse durante tanto tiempo en lo más alto.