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Eloy de la pisa
Viernes, 30 de julio 2021, 07:11
En el balonmano moderno la figura del especialista defensivo se ha convertido en el segundo eje sobre el que los equipos construyen su competitividad. El primero es el portero. El tercero, el central. Los Hispanos disfrutan de dos grandes porteros, dos muy buenos centrales y, ... hasta ahora, de dos especialistas defensivos excepcionales. Hasta ahora. La lesión de Virán Morros ante Brasil se mostró en toda su gravedad ante la poderosa Francia. Su ausencia fue irremplazable y sumió a la selección en una melancolía de juego aguda. Nada funcionó. Ni el ataque, ni la defensa, ni la portería. Afortunadamente la clasificación estaba garantizada, pero ante Argentina habrá que empezar a probar soluciones más imaginativas, porque encajando más de 30 goles en el cruce de cuartos de final los Hispanos se volverán a casa.
Francia
Yann Genty y Vincent Gerard (11 paradas). Remili (9), Dika Mem (3), Nicolas Tournat (4), Nikola Karabatic, Kentin Mahe (3), Nguessan (3), Luc Abalo (3), Michael Guigou (1), Luka Karabatic, Ludovic Fabregas (1), Hugo Descat (7), Valentin Porte (2)
36
-
31
España
Perez de Vargas (3 paradas) y Rodrigo Corrales (3 paradas). Eduardo Gurbindo (2), Maqueda (1), Ángel Fernández (1), Raúl Entrerríos (1), Alex Dujshebaev (5), Dani Sarmiento (4), Aguinagalde (3), Ferrán Sole (1), Adrián Figueras (2), Antonio García (4), Aleix Gómez (5), Guardiola
Marcador cada cinco minutos: 3-1, 6-4, 8-6, 11-8, 15-9, 18-12, 19-16, 23-18, 26-20, 30-22, 32-27, 36-31
Árbitros Los checos Horacek y Novotny. Pésimos y sectarios. Sin nivel para un partido internacional. Muy parciales hacia Francia, a la que permitieron acciones que no consintieron a los españoles y a la viceversa. Excluyeron a Alex Dujshebaev, Fabregas Y Nguessan (dos Veces)
Buscó Jordi Ribera todo tipo de soluciones para paliar la ausencia de Morros en la defensa. Pero ninguna de las que intentó fueron realmente eficaces. Los desajustes no se solucionaban y en el centro del muro Guardiola no terminaba de encontrarse cómodo con nadie. Eso, de por sí, es ya un problema. Si enfrente está Francia el problema adquiere tintes de desesperación.
Porque todos los males de la floja primera mitad hispana nacieron de ahí. Los galos lanzaban cómodamente, lo que implicaba que Corrales apenas pudiera parar balones. Y esa debilidad obligaba mentalmente a los españoles a forzar situaciones en ataque en las que el resultado era mal lanzamiento o pérdida. Y los 'blues' fueron metiendo diferencia poco a poco sacando agua de ese rio revuelto en que se convirtió por momentos la selección española.
Las soluciones no aparecían pese a que desde el banquillo se intentaban todo tipo de combinaciones. En defensa y en ataque. Permutas, juego directo, juego de combinación, 6:0, 5:1, dos centrales, cambios de extremos... Daba igual. Francia tardaba segundos en anotar gol, España invertía mucho tiempo en masticar. Y así era imposible. El 18-12 del descanso era más que justo
La segunda mitad ya no tuvo historia. España acrecentó sus carencias, Francia sus virtudes y los Hispanos encajaron la más dolorosa y dura de las derrotas. Por sensaciones y por el rival.
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