«Los Juegos sin público serán distintos, pero las medallas valdrán lo mismo»

Me senté en la zona mixta del recinto y, a eso de las 20.15 horas, el juez dio el pistoletazo de salida de la prueba. Cacho, siempre pegado a la cuerda. Y yo, venga a gritarle: «¡Sal de ahí, estás encerrado!». Pero Fermín tenía la carrera bien leída y visualizada porque, a falta de doscientos metros, y al igual que a Moisés se le abrieron las aguas del Mar Rojo, a él le despejaron la pista. Debió de ver como si le tendieran una alfombra roja para recibir el Oscar a la mejor interpretación. La suya duró tres minutos y cuarenta segundos. ¡Qué cabrón! Fermín Cacho, campeón de los 1.500 metros. El primer oro olímpico del atletismo español. Y en casa, con las gradas entre mudas -por el asombro- y embravecidas -por la gesta-.

Han pasado casi tres décadas de este majestuoso logro deportivo y, a las puertas de un Tokio'20 que llega con un año de retraso, aquí me tienen, con él. En esta serie de entrevistas no podía faltar el primero que pisó lo más alto del podio en unos Juegos, menos todavía si le considero el mejor atleta español de la Historia.

-¡Cacho! Alumbrado en Ágreda, Soria, el 16 de febrero de 1969. Me da que tendrán que pasar otros 1.969 años para que nazca un portento como tú.

Mal vamos si fuera así. De momento, en los Juegos habrá tres españoles en los 1.500 metros y Mohamed Katir está que se sale: tres récords nacionales en muy poco tiempo (5.000 metros, el 10 de junio; 1.500, el 9 de julio; 3.000 metros, el 13 de julio) y a pocos días de la cita olímpica. Tenemos potencial para luchar por todo.

-En Barcelona'92 solo tenías 23 años, pero mucho desparpajo.

Cuando eres joven no existe el miedo. Desde que me enteré de que Barcelona iba a organizar los Juegos, solo tenía un sueño: ganar el oro olímpico en mi país. De vez en cuando los sueños se cumplen. Eso sí, con trabajo y talento.

-Setenta mil almas gritando «Cacho-Cacho-Cacho...». ¿Canguelo?

Para nada. Estaba tan concentrado que solo oía un zumbido ensordecedor. Dentro de la pista me fijaba en los movimientos que iban realizando mis rivales. Me daba igual una carrera lenta o rápida, porque en mi cabeza había un pensamiento: voy a ser campeón olímpico.

-La última vuelta, de infarto...

El corazón latía más rápido que mis piernas, mis piernas se movían más rápido que mi cabeza y mi mente tuvo que procesar toda la información en cincuenta segundos; ese fue el tiempo que tardé en recorrer los últimos cuatrocientos metros.

-¿Qué siente uno al entronizarse en unos Juegos?

Martín, es indescriptible. Entras en estado de 'shock'. Piensas que es un sueño del cual no quieres despertar. Luego te das cuenta de que, en verdad, es un sueño que se ha hecho realidad.

-Tokio sin público. Solo estarán presentes informadores, jueces, cronometradores y poco más. Ni siquiera estará 'Manolo el del bombo' para animar a nuestros deportistas.

Desgraciadamente, será triste para todos esos aficionados que les gusta ir a animar a sus deportistas, pero para los atletas serán unos Juegos Olímpicos. Las medallas valdrán lo mismo y saltarán a la pista a darlo todo. Será una lucha contra uno mismo, uno contra todos. Los atletas lo disfrutaran, aunque sea de otra manera.

-Campeón olímpico en Barcelona y subcampeón en Atlanta. ¿Diferencia?

En todos los sentidos. Entre uno y otro, un escalón muy alto. Pero te digo, a mí la plata me supo a oro porque fue refrendar que el que conseguí en Barcelona no fue un golpe de suerte.

-Firmas autógrafos y todavía recalcas tu marca de los 1.500 (3'28»95). ¿Por qué?

Fiz, todo dios sabe que soy campeón y subcampeón olímpico, pero lo que desconocen es mi marca de los 1.500. Por cierto, hace pocas fechas 'Mo' Katir me batió el récord. Aprovecho esta entrevista para transmitirle mi enhorabuena. ¡Marcón!

-¿Le ves con opciones de medalla en Japón?

Mohamed Katir es un serio aspirante a una de las tres medallas. ¿Cuál? No lo sé. Yo, si fuera él, solo pensaría en el oro. Mi consejo es que los días previos se abstraiga, que se evada de todo lo que le transmita tensión, responsabilidad... Tiene que salir hacer lo suyo con una táctica definida. Tres kenianos y tres etíopes en la final significa que se correrá a ritmo rápido, lo cual le irá bien a Katir. ¡Cuidado con los cambios de ritmo!

-¿Cómo ves estos JJ OO?

Raros. En la Villa Olímpica predominará un estado de soledad. Tristes. Acuérdate de cómo nos lo pasábamos nosotros. Socializar al máximo. Pero, con público o sin él, las medallas valdrán lo mismo. Los atletas serán olímpicos, y eso es lo más importante.

-¿Que les dirías a los atletas españoles?

Que disfruten al máximo y que sean competitivos. Los Juegos son un sueño, y para ellos será un sueño cumplido. Competir, compartir. Ganar o perder. Participar.

-Tú, que no te gusta perder ni al mus, mójate: ¿cuántas medallas? ¿Finalistas?

Posibilidades hay; pueden caer tres o cuatro, pero una medalla ya sería un éxito. Orlando en las vallas, Katir en el 5.000, un marchador o marchadora... Y si Ana Peleteiro tiene un buen día, pega un salto de 14,60 metros y puede aproximarse a las medallas. Fiz, hay que ser optimistas y confiar en nuestros atletas.

-Estuviste unos años apartado del atletismo y ahora has vuelto. ¿Hiciste un maratón?

Después de esta pandemia, que no acaba de irse, volveré a las carreras. De momento, el maratón lo dejo para ti. Yo me quedo con los 5.000 metros.

-¿Cuál es tu podio olímpico, el de todos los tiempos?

El oro para Hicham El Guerroul. La plata para Fermín Cacho y el bronce para Noureddine Morceli. Finalistas, Sebastian Coe, Steve Cram, Steve Ovett, José Luis González, José Manual Abascal…

Un Cacho de Fermín es lo que necesitaríamos para soñar con alcanzar más oros olímpicos.