Cataluña rechaza una candidatura olímpica de igual a igual con Aragón

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, se reunirán este viernes en la localidad leridana de Balaguer para tratar de acercar posturas. En el orden del día, la candidatura olímpica. El Ejecutivo catalán ha reiterado este martes que es Cataluña quien ha de impulsar y liderar el proyecto, sin descartar que puede abrirse a «colaboraciones» con otros territorios. Javier Lambán afirmó ayer que no habrá Juegos Olímpicos de Invierno en el Pirineo en 2030 si Aragón y Cataluña no conforman un equipo aspirante único «en el mismo nivel».

Lambán se ha reunido este martes en Zaragoza con el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, quien ha reiterado que se trata de una «candidatura de país». Será, ha dicho, «en igualdad», de común acuerdo con el Gobierno de España y los Ejecutivos de Aragón y Cataluña. «Nadie predomina sobre nadie», ha asegurado Blanco. «No puede haber predominio de nada ni de nadie», «todos somos una candidatura», ha afirmado.

Desde la parte catalana, en cambio, no están de acuerdo. El Govern admite que el proyecto lo «vehicula» el COE ante el COI. Pero ERC, de hecho, amenazó ayer con descolgarse del plan si el Govern catalán no tiene un papel predominante. Blanco y la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, mantendrán mañana miércoles un encuentro para tratar de perfilar la iniciativa y preparar la reunión de Lambán y Aragonès.

Al Govern catalán le ha costado un tiempo decidirse a fondo con el proyecto. Tras los titubeos iniciales, la Generalitat se ha comprometido a apoyar la candidatura. No obstante, la decisión final depende del resultado de la consulta que va a convocar el Gobierno catalán en algunas de las zonas que acogerían la pruebas alpinas como son las comarcas leridanas y de Girona de la Alta Ribagorça, Alt Urgell, Cerdanya, Pallars Jussà, Pallars y Vall d'Aran. En total, unas 63.000 personas tienen derecho a votar en la consulta, que ha abierto un conflicto interno en el independentismo, ya que hay comarcas que se sienten afectadas por el proyecto y que han pedido poder participar en la votación. El Govern ha descartado ampliar el censo a más zonas, como el Ripollès o el Solsonès, que amenazan con convocar su propio referéndum unilateral.