El sueño nunca soñado

Tuvo que luchar mucho por ello. De hecho, tenía prácticamente conseguida la plaza en los 50 kilómetros marcha pero en la Copa del Mundo de Roma perdió ese billete. «Tenía que buscar la plaza en los 20 kilómetros. No sabía cómo responderían las piernas, pero al final salió todo bien, con sensaciones incluso más gratificantes», recuerda.

Hace memoria y pone el foco en el GP de Cantones, donde logró el billete olímpico. «Era todo o nada. Tenía todas las ganas puestas para conseguir la mínima y mejorar el tiempo del que tenía la plaza. Tenía mucha rabia encima, fue lo que me hizo salir con el cuchillo entre los dientes», afirma.

Cambio de planes

Esto trastocó la temporada de Arcilla, en la que había como objetivo hacer «un buen 50 y completar un buen 20 como preparación, pero nunca como para buscar la clasificación olímpica». «Estoy más que contento preparando ahora los 20 aunque no fuera la idea en un principio», añade.

El marchador leonés reconoce que el cambio de distancia no es tan complicado, «simplemente es bajar los kilómetros y meter más intensidad». «Es más fácil este paso que el inverso, el de pasar de 20 a 50», explica.

Más duro de lo previsto

El día 4 de agosto, Arcilla viajará a Río. El leonés estará en la ceremonia inaugural y tendrá varios días para poder entrenar en territorio brasileño y adaptarse a las condiciones que allí se darán. «Va a hacer más calor del que prevemos y habrá mucha humedad. Será una prueba dura», advierte.

Cuando llegue a Río, también reconocerá el circuito, que será de un kilómetro. «Apenas he visto unas imágenes», asegura. Y, junto a él, tendrá dos compañeros que son de lo mejor a nivel mundial: Miguel Ángel López y Álvaro Martín. «Ellos ya saben lo que es tener una medalla en el Mundial. Creo que puedo estar cerca de ellos y es un honor poder compartir selección con estos dos marchadores», afirma.

El leonés es optimista y espera lograr un décimo puesto «aunque por marcas estaría muy bien estar entre los 20 mejores». «Voy a tener que pelear mucho para estar en esos puestos», agrega. Lo que sí tiene claro es que no tiene que mirar muy lejos para encontrar las estelas a seguir: «con los españoles no tengo necesidad de buscar más referencias».

'Reunión' deportiva

¿Qué significan los Juegos Olímpicos para Arcilla? El marchador leonés, que tiene su primer recuerdo olímpico en Atlanta 1996, considera que es la imagen «de todos los deportes reunidos» y un gran «ambiente de deportividad».

«Espero tener la oportunidad de ver algún deporte antes de competir. Me gustaría en especial ver gimnasia artística, es un deporte que me gusta. En la villa olímpica, además, espero conocer a toda la delegación española», sentencia.

Él formará parte de esa imagen de los deportes reunidas. Nunca soñó con integrar este sueño que, pese a no copar sus pensamientos, ha perseguido y alcanzado. Paco Arcilla se prepara para grabar a fuego los aros olímpicos en su corazón y, por qué no, traerse algo más de Río.