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dani gonzález
Miércoles, 3 de agosto 2016, 17:58
«Cuando era pequeña, recuerdo sentarme en el sofá y ver los Juegos Olímpicos pensando que sería un sueño estar un día ahí. Ahora lo he conseguido». Así describe María Casado lo que supone para ella ser olímpica, en esta ocasión representando a España en ... un deporte que debuta, como ella, el rugby7.
«Es un sueño. El rugby te devuelve lo que te da. Esto es un premio, pero no por ello no vamos a ir a competir», advierte la coyantina. Reconoce que llevaban un año entero preparando el preolímpico de Dublín que tan bien salió. «Era el último tren y cogerlo fue un subidón».
Ahora esperan que esta participación olímpica sea un empujón para el rugby7, «no solo para sponsors, sino para que los niños comiencen a disfrutar de este deporte, lo conozcan y les guste». Casado reconoce que su disciplina es «puro espectáculo» y es «bastante diferente» al rugby 15. «Tienen preparaciones opuestas, uno es más de resistencia y el otro anaeróbico. En el siete, en 14 minutos, puede pasar de todo, no se para nunca. Somos más gasolina, los de 15 son diésel», afirma.
A dar la sorpresa ante Francia
Nueva Zelanda, Francia y Kenia. Estos son los tres rivales en la primera fase para España, en el llamado 'grupo de la muerte'. El objetivo, según cuenta María Casado, es poder pasar esta ronda. «Pasan los dos primeros y los dos mejores terceros. Buscaremos dar la sorpresa ante Francia», apunta.
La meta sigue siendo el diploma olímpico, aunque como listón a rebasar se colocan el sexto. «¿Y porqué no soñar con una medalla? El objetivo realista es el top-6, pero somos ambiciosas», recalca. Pero la coyantina incide en que se volvería contenta de Río si «al salir de cada partido me miro al espejo y veo reflejado que he dado todo».
«Nos han dicho que disfrutemos sin perder la sonrisa, porque esto es un juego y, al igual que cuando éramos pequeños sonreíamos al jugar sin presión, ahora debemos hacerlo. Tenemos que olvidar todo el circo que hay montado alrededor y centrarnos en trabajar», señala.
María Casado ya empieza a sentir los nervios de los Juegos, exactamente desde el día que recibió la ropa del desfile inaugural. Ya sueña, no solo con el momento de saltar al campo, sino de encontrarse en la villa olímpica con Usain Bolt, Michael Phelphs, Gemma Mengual o Rafa Nadal. «Vamos a respirar deporte por los cuatro costados. Va a ser increíble», sentencia.
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