Yuri de Souza: club, alma y lealtad

En verano de 2009 la Deportiva oficializaba el que a la postre sería el mejor fichaje de su historia: Yuri de Souza (42). No llegaba como un desconocido. Todo lo contario. Yuri aterrizaba en Ponferrada como el máximo goleador de dos de sus últimas tres temporadas en Segunda División B, donde había hecho un total de 56 goles en tres temporadas.

Tras un breve periplo a modo de cesión por la categoría de plata con Las Palmas, donde no consiguió hacerse un hueco, regresó en 2008 al club pontevedrés para, en la temporada siguiente, firmar por la Deportiva, que hacía apenas tres temporadas había debutado en el fútbol profesional.

Por entonces nada ni nadie presagió lo que Yuri acabaría siendo en Ponferrada: una leyenda. Porque, ¿quién se iba a imaginar que jugaría más de 500 partidos? ¿que marcaría casi 200 goles? ¿que sería el séptimo máximo goleador profesional en España? ¿y que se colocaría como el tercer máximo goleador extranjero de las tres primeras categorías, solo por detrás de Cristiano y Messi? Nadie.

Pocas historias habrá en el fútbol que se asemejen a lo que significa Yuri para El Bierzo. Durante 15 años -salvando media temporada en la 15/16 que se fue a jugar a China- Yuri ha sido la principal referencia goleadora de la Deportiva, que, casualidad o no, conforman toda la época dorada del club. Ascendieron por primera vez a Segunda División sin él, pero conseguir estar tanto tiempo en la categoría de plata no hubiese sido posible sin sus 118 goles en las 9 temporadas de Segunda.

Para la historia quedan tantos como el penalti al Tenerife en la final de los playoffs de 2012 para abrir el marcador en El Toralín y certificar el regreso a Segunda División; o el que le marcó al Almería en 2020 también en Ponferrada, un gol de la casa, de goleador nato y técnico que sirvió a la Deportiva para mantener la categoría.

Se antoja muy complicado explicar lo que es Yuri para la Deportiva, para Ponferrada y para El Bierzo. Para eso uno ha de ir a El Toralín y ver en primera persona las pasiones que levanta el brasileño. Pero encomendarse a él durante tantas temporadas y que el delantero respondiera año sí, año también, es algo que difícilmente se repetirá. Por dar otro dato: de 15 campañas en la Deportiva, en 10 de ellas ha marcado 10 o más goles (y en la 22/23 se quedó a uno).

Su figura trasciende más allá de lo deportivo y del terreno de juego. Yuri no se queda en las gradas de El Toralín, sino que es una de las cabezas más visibles y orgullosas que tienen en la comarca berciana. Es lo que tiene ser un hombre de club, haber pulverizado todos los récords y mostrar fidelidad a un escudo, a una historia y a una afición. Por eso en 2021 se le nombró como Hijo Adoptivo.

Muchos son ahora los aficionados que demandan devolverle de alguna forma todas las alegrías que les ha brindado, aunque sea prácticamente imposible. Algunos optan por ponerle una estatua en los alrededores del estadio, otros por un partido homenaje (que es lo que, de momento, se ha anunciado desde la entidad) y muchos porque en el minuto 10 de cada partido se coree su nombre.

El runrún de la retirada llevaba rondando bastante tiempo, sobre todo desde la temporada 22/23, donde su rendimiento y participación quedaron lejos de lo que tenía acostumbrado. Fue en esta pasada campaña donde los rumores cada vez eran más fuertes: casi no salía de inicio y, a pesar de haber participado en 31 encuentros, consiguió ver puerta en cinco ocasiones. Así las cosas, la Deportiva se ha limitado a anunciar que Yuri se incoporará a la secretaría técnica del club, pero habrá que esperar a que se concrete más cuál será su misión a partir de ahora. Sea como fuere, la leyenda continúa.

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