Las federaciones determinarán los equipos que van a Europa si no acaban las ligas

Así lo ha dictaminado el comité ejecutivo de la UEFA en una de sus reuniones más trascendentes de los últimos años, en la que se ha tratado de desbrozar el futuro del fútbol, golpeado como nunca por una epidemia que ha puesto en jaque al planeta y está haciendo tambalearse a una industria que hasta hace mes y medio encarnaba las ilusiones de millones de aficionados de todo el orbe.

El propósito sigue siendo que las ligas puedan finalizar la campaña, pero en previsión de que en algún caso no pueda ser así, el órgano rector del fútbol europeo ha aprobado este jueves las pautas sobre la elegibilidad de los clubes para participar en las competiciones europeas de la próxima temporada. Una labor que recaerá en la federación de cada país.

La Federación Española de Fútbol ya anunció la pasada semana el mecanismo que aplicaría para el acceso a Europa. De acuerdo con dichas directrices, Barcelona, Real Madrid, Sevilla y Real Sociedad estarían en la próxima edición de la Liga de Campeones si la Liga no pudiese reanudarse en ningún momento, al ser los equipos que ocupaban las cuatro primeras plazas de la tabla cuando se interrumpió el torneo, en tanto que a la Liga Europa acudirían el Getafe y el Atlético de Madrid, quinto y sexto clasificados, con una tercera vacante que dependería de la resolución adoptada para la Copa del Rey, cuya final entre Athletic y Real Sociedad permanece aplazada.

De poder retomarse el campeonato y ser urgida por la UEFA a presentar los nombres de los clubes a inscribir en los torneos europeos antes de su finalización, la FEF atendería a la clasificación de la última jornada disputada en Primera. Pero LaLiga ya anunció que impugnaría la decisión al considerar que la Federación no tenía competencias exclusivas en este asunto.

La UEFA insiste en que se debe hacer todo lo posible porque el balón vuelva a rodar. Para ello trabaja en dos escenarios que contemplan que los torneos domésticos se reanuden antes que la Champions y la Europa League. Aunque se maneja la opción de que unos y otros se desarrollen de manera paralela, la vía preferida es que primero se terminen las ligas y las copas y después se retomen las competiciones continentales, algo que ocurriría ya en agosto, con el 26 de ese mes como probable fecha para la final de la Europa League en la localidad polaca de Gdansk y la de la Champions tres días después en Estambul.

La voluntad de completar la temporada sigue siendo firme, ya que de lo contrario se perderían miles de millones de euros en contratos audiovisuales y se abocaría a los clubes a una complicadísima situación económica. Pero la UEFA es consciente de que la situación en algunos países podría hacerlo inviable. La Eredivisie holandesa ya ha bajado el telón y Bélgica y Escocia se aprestan a seguir sus pasos. Por ello, y pese a instar a las federaciones y a las ligas nacionales «a explorar todas las opciones posibles» para disputar las jornadas pendientes, subraya que «la salud de los jugadores, los espectadores y de todos los que participan en el fútbol, así como del público en general, debe seguir siendo la principal preocupación», por lo que se aviene a explorar otras alternativas.

De no poder rubricarse los torneos en su formato original, la UEFA plantea que se exploren otros distintos que establezcan una clasificación por méritos deportivos. Pero el organismo que preside Aleksander Ceferin se muestra conciliador también con aquellas federaciones o ligas que tengan «razones legítimas» para poner fin prematuramente a sus campeonatos, citando en este sentido la existencia de órdenes que prohíban los eventos deportivos o problemas económicos que amenacen la estabilidad financiera a largo plazo de una competición. En esos casos, la UEFA requerirá a las federaciones nacionales una lista de los equipos a inscribir en competiciones europeas, si bien se reserva el derecho de rechazarlos en caso de no cumplir con las directrices establecidas.

Los directrices de elegibilidad para la participación en las competiciones europeas no fuern la única decisión de calado adoptada en una reunión telemática en la que también se ratificó que la Eurocopa 2020, aplazada a 2021, mantendrá su denominación original, conservando así su «visión original del torneo» como una celebración de los 60 años de la competición mediante una fase final que se disputará por primera vez en doce ciudades de doce países, entre ellas Bilbao con su estadio de San Mamés.

Se adelantará además el pago de 70 millones de euros a los clubes que liberaron jugadores para los partidos de la clasificación a la Eurocopa 2020. Unos pagos que iban a realizarse cuando todos los partidos de la repesca para la competición se disputaran el pasado mes de marzo, pero que tuvieron que ser suspendidos por la pandemia. 636 clubes recibirán sumas que van desde los 3.200 euros a los 630.000 euros, inyectando liquidez a unas finanzas maltrechas.

La UEFA aprobó también el aplazamiento de la Eurocopa femenina de 2021 a 2022, para evitar que la coincidencia del torneo con el masculino restase foco al fútbol femenino.