La UEFA expedienta a Real Madrid, Barcelona y Juventus

Ejecutando las amenazas formuladas el viernes contra los tres amotinados, el organismo presidido por el esloveno Aleksander Ceferin ha nombrado «inspectores éticos y disciplinarios» encargados de realizar esta investigación «en relación con el proyecto de una autodenominada Superliga», según anunció la UEFA en un escueto comunicado.

«En su debido momento se darán más detalles sobre este asunto», añadió el organismo rector del fútbol continenjal, sin precisar qué «potencial violación del marco legal de la UEFA» se achaca a los tres clubes.

Entre el abanico de sanciones previstas por los estatutos de la organización, las más duras para los clubes son «la exclusión de competiciones en curso y/o competiciones futuras» y, para los dirigentes, «la prohibición de cualquier actividad relacionada con el fútbol».

Al anunciar en la noche del 18 al 19 de abril su propia Superliga, la víspera de una esperada reforma de la Liga de Campeones, sus doce promotores revolucionaron el fútbol europeo y amenazaron la existencia misma de la UEFA. Enseguida, recibieron una fuerte contestación social, sobre todo en sus respectivos países y ligas nacionales.

La retirada progresiva de los seis participantes ingleses, a las 48 horas, llevó al abandono del proyecto, y nueve de los rebeldes aceptaron finalmente el viernes su reintegración en la UEFA a cambio de una sanciones financieras moderadas, y la promesa de no repetir el intento y seguir fieles al paragüas de Ceferin.

Sin embargo, el Real Madrid, con Florentino Pérez como presidente también de la ambiciosa Superliga, el Barcelona y la Juventus siguen sin dar marcha atrás en su ida de una nueva competición «para salvar el fútbol» y el sábado desafiaron a la UEFA denunciando sus «presiones y amenazas».