Skopje recibe a España con calor y pasión por el balonmano

Hace unos días, el Vardar conquistó la Copa de Europa en el último segundo ante el poderoso PSG francés -donde juega Karabatic por ejemplo- en Colonia, lo que es mucho más que un título en el país. Era debutante en la Final Four y tras superar en la semifinal al Barcelona, logró de la mano del español Raúl González el mayor éxito en la historia del deporte en el país la pequeña republica balcánica.

El portero Sterbik, serbio nacionalizado español, fue uno de los principales artífices del triunfo del Vardar junto a otros españoles como Alex Dujshebaev, Joan Cañellas y Jorge Maqueda.

Tras el triunfo, la locura fue tal en el país que se pidió al club una demora en su llegada para preparar la seguridad de la fiesta de recibimiento. Finalmente, más de 150.000 personas, casi el 8% de la población de un país de dos millones de habitantes, recibió al equipo, que desde el aeropuerto se traslado a la plaza central de Skopje en un autobús descubierto con miles de aficionados escoltando el camino por carretera de los héroes.

Raúl González, que maneja a la perfección el macedonio, fue manteado por sus jugadores tras una campaña que ha terminado con triplete. Fue una celebración inaudita en el mundo del balonmano. «La Champions ha llevado al país a una nube; es un éxito espectacular para el club y para toda Macedonia», explica el vallisoletano.

Las temperaturas han ayudado a que la gente se lanzase a la calle y se espera que el domingo a la hora del partido haya más de 22 grados de temperatura en un estadio que, por el momento, es talismán para la selección española. Ha vencido en todas sus visitas. La selección, es cierto, venció siempre en suelo macedonio pero las dos veces que pisó Skopje -donde el Real Madrid jugará en agosto la Supercopa europea ante el Manchester United- lo hizo sufriendo: en 2009 tuvo que remontar un 2-0 (para terminar ganando 2-3) y en 2015 se impuso con un afortunado tanto de Juan Mata por 0-1.

Por último, destacar que el árbitro polaco Pawel Gil pitará por segunda vez a España, tras hacerlo en octubre de 2014 en Luxemburgo, el día del debut anotador con La Roja de Diego Costa. Además, dirigió a la sub-21 en el Europeo de 2013 de Israel en la victoria por 0-1 ante Alemania.