De la Fuente pierde a su principal ayudante en la selección española

Reestructuración a la vista en el cuerpo técnico de la selección española. Pablo del Amo, hasta ahora principal ayudante de Luis de la Fuente, abandona su cargo para iniciar una nueva experiencia profesional.

Así se lo ha comunicado el madrileño a la Federación Española de Fútbol (FEF), quien le ha agradecido a su vez sus años de dedicación y profesionalidad y le ha deseado lo mejor tanto en el ámbito personal como en el profesional.

Antiguo central del Deportivo más exitoso de la historia que se caracterizó por su elegancia mientras vistió de corto, Pablo del Amo comenzó a trabajar para la FEF en octubre de 2018, cuando fue designado como adjunto a la dirección deportiva. Posteriormene se convirtió en seleccionador sub-18 y dio el salto a la absoluta en diciembre de 2022, cuando Luis de la Fuente le convirtió en su mano derecha tras tomar el testigo de Luis Enrique una vez consumado el fiasco en el Mundial de Catar.

Desde el puesto de segundo entrenador, Pablo del Amo tuvo un papel relevante en los éxitos conseguidos por la selección española a la vera del preparador de Haro, comenzando por la Liga de Naciones que la selección española conquistó en 2023 tras batir a Croacia en la tanda de penaltis que resolvió la final disputada en Róterdam y terminando por la Eurocopa de 2024 que España levantó con enorme brillantez en Alemania.

Quienes le conocieron bien durante su etapa como futbolista siempre destacaron la inteligencia que Pablo del Amo demostró en el campo. Esa inteligencia la aplicó también en los banquillos. Tras colgar las botas en 2012, inició una trayectoria que le llevó a trabajar como técnico en países como China, Australia, India o México. Fue campeón de la Superliga de la India en su condición de asistencia de José Francisco Molina en el Atlético Kolkata y siguió al que fuera guardameta de Deportivo y Atlético de Madrid al Atlético de San Luis de México. Esa relación fue determinante para su incorporación a la FEF poco después de que Molina aterrizase como director deportivo.

Su buena labor en las categorías inferiores y la estrecha relación que mantenía con De la Fuente le convertía en un candidato idóneo para acompañar al de Haro cuando este fue designado seleccionador. Ambos compartían la visión de que la selección debía debía basar su fortaleza en el grupo y dejar las individualidades en un segundo plano. Metódico y de perfil dialogante, Pablo del Amo mantenía una gran cercanía con los jugadores, con los que discutía los planes de partido y que le tenían un gran aprecio.

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