La Rojita pasa el rodillo y buscará su sexta corona en Georgia

El delantero del Braga anotó enseguida el empate y asistió a Sancet para que el centrocampista del Athletic consumase la remontada antes de que se cumpliese la primera media hora. Ucrania no le perdió la cara al partido y se batió con valentía, pero La Rojita fue una apisonadora en la segunda parte y acabó sellando una goleada que refuerza su candidatura en la final que acogerá el Batumi Arena.

Pese al desgaste acumulado el pasado sábado contra Suiza, Santi Denia se mantuvo fiel al bloque que doblegó a los helvéticos en cuartos, el mismo que superó también a Croacia en la segunda jornada de la fase de grupos. Tampoco agitó demasiado su once Ruslan Rotan, que únicamente realizó dos cambios respecto a la alineación que dispuso el domingo para dar la campanada ante Francia, uno de ellos obligado por la baja de Krystiv. La principal novedad fue la irrupción en el flanco derecho de Nazarenko, MVP del duelo contra España que cerró la primera fase.

Nada tenía que ver aquel choque desprovisto de urgencias y envuelto en rotaciones masivas con el disputado este miércoles en el estadio del Steaua de Bucarest bajo el intimidante paraguas de una semifinal, aunque de nuevo hubo clara preeminencia de los ataques sobre las defensas. España ofreció una buena puesta en escena que dejó una primera aproximación de peligro en un disparo de Sancet que repelió Trubin, el joven guardameta que desplazó al veterano Andriy Pyatov tanto en el Shakhtar Donetsk como en la selección ucraniana. A sus 21 años, contabiliza ya siete internacionalidades con la absoluta y de sus interesantes condiciones da fe el Real Madrid, que ha puesto a prueba su firmeza varias veces en la Champions.

Avisó también Baena, que cruzó demasiado el remate tras verse habilitado por Rodri, pero Ucrania respondió con precisión quirúrgica. Un pase filtrado desde campo propio permitió a Mudryk pasar de primera a sexta marcha en un pestañeo. Disfruta viviendo a toda mecha. El extremo del Chelsea penetró en el área, quebró a Víctor Gómez y sirvió a atrás para que Bondarenko embocase a la red con la siniestra.

Al lateral del Braga le tocaba bailar con la más fea, pero se redimió enseguida. Una incursión suya por banda derecha generó espasmos en la retaguardia ucraniana. Por allí pululaba Abel Ruiz, que aprovechó un error de Brazhko para levantar a España de la lona con frialdad máxima. El tanto del '9' español aturdió a Ucrania, penalizada de nuevo por una jugada de tiralíneas de los hombres de Santi Denia cuando no se había alcanzado la media hora. Un delicioso taconazo de Abel Ruiz generó el espacio suficiente para que Sancet soltase un derechazo desde la frontal que resultó inapelable por parte de Trubin por más que el cancerbero tuviese ganas de litigar.

La desventaja obligó a Ucrania a desplegar la contraofensiva, designando a Mudryk como jefe de operaciones. El rubio talento de Krasnohrad, inédito por molestias musculares en la fase de grupos y bajo el peso de la sospecha por el flojo primer semestre que ha tenido vistiendo la elástica del Chelsea, se quitó un peso de encima gracias a su sensacional actuación en cuartos del Europeo sub-21 frente a Francia y contra España siguió soltándose la melena. Su desborde fue un tormento para Víctor Gómez, al que volvió a dejar hecho unos zorros antes de que Arnau Tenas salvase los muebles ante Sikan y Nazarenko.

Fue el último acto de servicio del futbolista del Dnipro antes de que Rotan rescatase a Kashchuk tras el descanso con la intención de dotar a Ucrania de otro puñal por la banda derecha. Pero España alejó el fantasma de la guerra relámpago aplicando de nuevo el mazo de forma inmisericorde con la permisiva defensa de su adversario.

La Rojita gestó el tercero a partir de la fantasía de Abel Ruiz, que se sacó de la manga una rabona para salir de un laberinto y lo selló con un derechazo de Antonio Blanco a la tronera, aprovechando un mal despeje de la zaga ucraniana. Ahí entregó el hacha de guerra Ucrania, que vio cómo Aimar Oroz y Sergio Gómez estiraban la goleada en una noche que no desluce la corajuda lección que ha ofrecido estos días el combinado que representa a un país que pelea por su supervivencia, pero que, sobre todo, pone a España a un solo paso de recuperar el trono en el Viejo Continente cuatro años después de que se coronase por última vez en Údine. Hay licencia para soñar.