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César Azpilicueta vuelve a enfundarse la elástica de la selección española cargado de galones. La ausencia de Sergio Busquets en la convocatoria elaborada de cara a los partidos de preparación para el Mundial de Catar que España disputará el sábado frente a Albania en Cornellà- ... El Prat y el próximo martes contra Islandia en Riazor ha elevado el estatus del polivalente zaguero del Chelsea, uno de los capitanes del pujante combinado de Luis Enrique junto a Jordi Alba, Koke y Morata. Un bendito peaje derivado de las 36 internacionalidades que suma el navarro, entre los pocos veteranos del joven grupo a disposición del entrenador asturiano pero con su futuro en el aire. Termina contrato el 30 de junio y tanto Barça como Atlético le cortejan, pero el zizurtarra mantiene el mutismo mientras sigue deshojando la margarita en un escenario incierto también por la convulsa situación institucional que viven los 'blues'.
«No es el lugar ni el momento para hablar de mi futuro. Si algo hemos aprendido con la pandemia es que hay que vivir el día a día y disfrutar el momento», aseveró el ex de Osasuna y Olympique de Marsella un día después de concentrarse junto a sus compañeros en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas por primera vez en un año que tiene marcado en rojo el Mundial de Catar, que se celebrará entre el 21 de noviembre y el 18 de diciembre.
«Un Mundial a fin de año va a ser algo nuevo, pero es lo que hay y hay que adaptarse. Solo va a haber una semana de concentración antes del primer partido, y las de ahora cada vez toman más importancia. El grupo está trabajando muy bien y todos queremos ser parte de la selección», señaló Azpilicueta, que, a su pesar, tuvo que capear una batería de preguntas sobre la delicada coyuntura del Chelsea desde que la invasión de Rusia a Ucrania sacudió la dinámica en Stamford Bridge con las medidas establecidas contra Roman Abramóvich a causa de sus vínculos con el régimen de Vladímir Putin.
«En el Chelsea estamos viviendo un momento de incertidumbre, pero lo que podemos hacer los jugadores es prepararnos de la mejor manera posible para los partidos. Ahora entramos en una fase decisiva de la temporada y el resto está fuera de nuestro alcance», atajó Azpilicueta, que aterrizó en Londres en 2012 y el pasado mes de mayo levantó la segunda 'orejona' de los 'blues' en su condición de capitán.
Las severas condiciones impuestas al Chelsea como parte de las sanciones adoptadas por el Gobierno británico contra los oligarcas rusos han añadido otro obstáculo para que el internacional español clarifique su horizonte. Aunque su vínculo con el vigente campeón de Europa expira el 30 de junio, los 'blues' disponen de una opción unilateral para renovarlo durante una campaña más. Pero Azpilicueta no tiene en estos momentos un interlocutor claro con quien resolver el asunto porque la entidad está en venta.
A sus 32 años, es una pieza codiciada del mercado. El Atlético pensó en el navarro como reemplazo de Kieran Trippier cuando el inglés se marchó al Newcastle el pasado mes de diciembre. Los rojiblancos terminaron pescando al danés Daniel Wass, pero Simeone desea un lateral de renombre que pueda desempeñarse también como central y Azpilicueta encaja como un guante en las pretensiones del Cholo. Aunque el mejor situado es el Barça, que le ofrece dos años de contrato más otro adicional. Xavi Hernández aprecia la experiencia del zizurtarra y le ve como una solución óptima para el lateral diestro, demarcación para la que los azulgranas tuvieron que recurrir al veterano Dani Alves después de que Sergiño Dest, la apuesta de Ronald Koeman, no lograse consolidarse.
Azpilicueta ve con buenos ojos regresar a España, pero está muy unido al Chelsea y asumiría prolongar su estancia en Londres en caso de que la futura propiedad del club opte por retenerle, una opción que cobra fuerza ante el socavón en la retaguardia que abrirán las salidas de Andreas Christensen y Antonio Rüdiger en verano.
Los movimientos en Londres también podrían verse condicionados por la cercana eliminatoria de cuartos de final de la Liga de Campeones, una reedición del enfrentamiento que libraron los 'blues' la pasada temporada ante el Real Madrid en semifinales y que abrió al cuadro británico las puertas de la final en Oporto, en la que se coronó rey de Europa tras derrotar al Manchester City.
Azpilicueta ve muy parejo el cruce con el equipo de Carlo Ancelotti, pendiente todavía de si el Chelsea podrá contar con su afición en Stamford Bridge, ya que el Gobierno de Boris Johnson no le permite vender entradas como parte de la congelación de sus activos. «Sabemos que la eliminatoria ante el Madrid será complicada. Todavía no sabemos si jugaremos a puerta cerrada o no. Ojalá podamos jugar con público. ¿Favoritismos? Eso hay que demostrarlo en el campo. El Madrid demostró poderío ante el PSG y nos van a exigir al máximo», adujo.
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