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Bryan Zaragoza es una 'rara avis' dentro del mundo del fútbol. En una industria donde el talento se capta a una edad cada vez más tierna, la clase y el desborde del andaluz pasaron desapercibidos para los principales equipos de su tierra. Forjado en las ... callejuelas malagueñas y criado en clubes de espíritu formativo como el CD Tiro Pichón –por el que también desfiló el madridista Brahim Díaz- o el Conejito La Luz, la fama le ha llegado en su primer año en la élite con el Granada, la entidad que apostó por este descarado chico al que en su día rechazaron el Málaga o el Betis al considerarle demasiado enjuto y poco académico.
Los cinco goles y una asistencia que ha sumado en los nueve partidos que contabiliza en Primera le han convertido en la sensación del momento y le han catapultado a la selección española, a la que tratará de impregnar de ese refrescante atrevimiento que le caracteriza de cara a los enfrentamientos contra Escocia y Noruega que pueden servirle a La Roja para amarrar su clasificación para la Eurocopa de Alemania.
Las lesiones de Yéremy Pino y de Lamine Yamal le han abierto las puertas del combinado nacional y Bryan Zaragoza tiene el propósito de mantenerlas así por mucho tiempo. «Trabajo día a día para estar preparado para esta oportunidad. Es verdad que ha pasado todo muy rápido, pero estoy preparado», dijo el vibrante gambeteador en su primera comparecencia pública ante los medios de comunicación desde que es internacional.
El carácter vertiginoso de los días que está viviendo Bryan Zaragoza solo es comparable con la endiablada velocidad y facilidad con la que quiebra rivales cada vez que salta al rectángulo de juego. Baste recordar que apenas hace un año y medio militaba en la cuarta categoría del fútbol español para dar cuenta del meteórico ascenso de quien hoy es uno de los 24 elegidos por Luis de la Fuente para afrontar los espinosos duelos que pueden valerle a La Roja su presencia en otro gran torneo.
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Javier Varela
El seleccionador ha visto en Bryan Zaragoza lo mismo que Paco López, una facilidad para el dribbling que escasea en estos tiempos en los que los clubes moldean a futbolistas para que adopten movimientos casi robóticos. Jugadores como el malagueño son una especie en extinción y Luis de la Fuente quiere que mantenga esa idiosincrasia vistiendo La Roja. «La primera vez que hable con Luis me dijo que vengo aquí porque me lo he ganado y que juegue como siempre, que sea atrevido y descarado», confesó el extremo del Granada, al que se le caen los regates de los bolsillos porque es lo que aprendió en sus años mozos. «Desde pequeño he jugado al fútbol en la calle. Salía de entrenar y me iba a jugar a la calle. Ese es mi fuerte», desgranó este martes en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.
«El mayor consejo que me han dado es que sea yo, que coja la pelota y haga lo mismo que hago en el Granada», detalló una de las dos caras nuevas que presenta la selección en esta ventana junto al navarro Oihan Sancet. El malagueño llega con ganas de «ayudar» y de «aprender» de una serie de «grandísimos jugadores» que le han acogido «muy bien». «Si juego, mucho mejor», acotó Bryan Zaragoza, al que su primera internacionalidad podría llegarle este jueves en su Andalucía natal. «Sería muy especial porque es mi debut con la selección española y encima es en mi tierra y estará mi familia presente», reseñó.
El malagueño creció idolatrando a Leo Messi y confesó que de vez en cuando veía regates de Ronaldinho a través de Youtube, pero defendió que su facilidad para romper las cinturas de los rivales le vino de serie. «A mí me sale solo», proclamó con el mismo descaro que derrocha sobre el césped.
«Lo primero en lo que pienso cuando salgo al campo es en disfrutar», aseguró el futbolista del Granada, seguro de que se adaptará bien al sistema de Luis de la Fuente y que se mostró dispuesto a desempeñarse en cualquier demarcación del frente ofensivo. «Me da igual jugar en la derecha, en la izquierda, de segundo punta o de punta. Me encuentro más cómodo de extremo, pero me puedo adaptar a cualquier posición», aclaró un talento que no se pone techo -«mi reto es seguir aprendiendo día a día, seguir mejorando y a partir de ahí ir mucho más arriba», mantuvo- y que vive el momento sin que le distraigan las especulaciones sobre su futuro, pese a que la cláusula de rescisión que tiene con el Granada -14 millones de euros-, le convierte en un chollo para equipos de miras más elevadas. «Ahora mismo no puedo hablar de eso porque estoy centrado en la selección y quiero jugar los dos partidos. El futuro decidirá», zanjó.
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