«Quiero ser una persona mejor. A veces quiero hacer todo por el equipo y acabo enfadando a los demás, a mí y a mis compañeros. Quiero mejorar cada día». Los contrastes de Vinicius Junior volvieron a la luz en el clásico de Arabia, donde ... el brasileño realizó una actuación superlativa con un 'hat-trick' ante el Barcelona y terminó desquiciando a varios miembros de la desbordada defensa azulgrana, en especial a Ronald Araújo, que terminó expulsado.
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«Todos quieren pelear conmigo, saben que van a salir en la prensa. Intento al máximo estar muy tranquilo y centrado, pero a veces no soy solo yo. Claro que no soy un santo. A veces, hablo demasiado y hago regates que no debería hacer, pero estoy aquí para mejorar y dar ejemplo a los niños. El míster y los compañeros me están enseñando», comentó durante su comparecencia como MVP del duelo en el que volvió a ser el arma de destrucción masiva para los de Carlo Ancelotti con un recital de velocidad, desborde y definición.
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El preparador italiano lleva tiempo trabajando con el fluminense para que maneje con calma los intentos de los rivales de desconectarlo de los partidos, aunque a veces incluso con muy poca mecha el brasileño se enciende. Sus gestos al banquillo del Barça y las refriegas con los rivales recordándoles que iban perdiendo 4-1 mancharon de alguna manera el show en Riad, donde con un triplete en 38 minutos acabó con las opciones de los hombres de Xavi en la Supercopa. Solo el chileno Iván Zamorano, en 1995, le había marcado tres veces al Barça en la primera parte de un clásico. El duodécimo hat-trick de un jugador del Madrid frente al Barcelona desde que Santiago Bernabéu firmara el primero de ellos en abril de 1916.
Aún en una versión más descafeinada que la temporada pasada por culpa de las lesiones musculares, el brasileño volvió a brillar en el momento más oportuno como no lo había hecho en los últimos dos meses, cuando anotó un doblete al Valencia pero se tuvo que retirar del terreno de juego lesionado. «Ha necesitado dos o tres partidos para volver a su nivel», valoró Ancelotti.
En una temporada en la que había pasado casi a un segundo plano y los focos se los estaban llevando otros, especialmente Jude Bellingham, el ariete, a sus 23 años, se reivindicó como líder de todos los ataques blancos en un curso en el que aún se está adaptando al nuevo sistema ante la falta de un '9' para hacer olvidar los más de 30 goles que Benzema aseguraba cada curso. Vinicius se marchó triunfante de la 'casa' de Cristiano Ronaldo, a quien homenajeó en su primer tanto con una celebración como las que hizo el portugués en alguno de sus más de 400 goles con el equipo de Chamartín.
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El brasileño es un mago del fútbol, con envoltorio polémico incluido. Habilidoso en el regate y en andar a la gresca, extraordinario en la faceta goleadora y en su vertiente como asistente, pero también en el lado pendenciero. Determinante y volcánico casi a partes iguales. Los equipos de la Liga le ven como un villano y en los últimos tiempos ha pasado por un sinfín de episodios que provocan rechazo y eclipsan esas virtudes futbolísticas que el año pasado le llevaron hasta su mejor versión desde su llegada en 2018 procedente del Flamengo: 23 goles y 20 asistencias. Y pese a que la campaña no marcha por los cauces que el brasileño esperaba en un principio (se ha perdido 11 partidos entre Liga y Champions desde el mes de agosto por problemas musculares) sus números siguen siendo importantes, con nueve tantos y tres asistencias en 1.220 minutos.
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