El Madrid se agarra al Barça con el futuro de Zidane en el aire

Tras el repaso del Chelsea y el baño de realidad sufrido en su competición fetiche, la conjura en el vestuario merengue ya ha comenzado, aunque el destino del Madrid esté, al menos hasta el sábado, en manos de sus dos grandes rivales. «Jodidos, sí. Hundidos, nunca. La historia del Real Madrid se ha forjado con las victorias, pero se ha levantado de las derrotas. Nos queda la Liga y vamos a por ella», proclamó este jueves en las redes sociales Sergio Ramos. «Estamos en la pelea. Se puede», se consolaba horas antes, tras su inexplicable planteamiento y su sorprendente alineación en Stamford Bridge, Zinedine Zidane, de nuevo cuestionado y con su futuro en el aire, sin atreverse a confirmar el francés si continuará o no en el banquillo la próxima temporada.

Será seguramente el Barça-Atlético del sábado el que marcará el fracaso o el éxito del Madrid en este curso de vaivenes en el que el campeón se ha visto tan golpeado por las lesiones y la pandemia. Sin embargo, mientras gran parte de la Liga se decide en el Camp Nou, a los blancos no les queda otra que ganar el domingo al Sevilla en Valdebebas, el próximo jueves al Granada en Los Cármenes y posteriormente al Athletic en San Mamés, antes de cerrar la temporada en casa frente al Villarreal. Del resultado del sábado en el coliseo azulgrana dependerá sin embargo la inmediata respuesta de los madridistas sobre el terreno de juego, cuando llegan fundidos físicamente y tan necesitados de una revitalización anímica.

Con un posible fin de ciclo que ya sobrevuela a este Real Madrid que, a pesar de Karim Benzema, precisa con urgencia gol y el fichaje de una gran estrella que devuelva la ilusión (Kylian Mbappé o Erling Haaland), la eliminación europea ha dejado dos grandes damnificados: Zinedine Zidane y Eden Hazard. El técnico francés, por obligar a Vinicius a jugar como carrilero derecho, fuera de sitio, con tal de conceder la banda izquierda del ataque al belga, quien tras pasar desapercibido durante 89 minutos provocó tras el partido la indignación del madridismo con sus carcajadas junto a sus excompañeros del Chelsea. También cometió Zidane graves errores al plantear un sistema con tres centrales, cuando el Madrid estaba funcionando bien con cuatro defensas, al alinear sin estar en forma a Sergio Ramos, Mendy y Hazard, y al no rectificar con cambios hasta el minuto 63, cuando el equipo estaba siendo totalmente desbordado por un rival excelso física y tácticamente, aunque no en contundencia ofensiva.

Zidane se obcecó con Hazard, porque según el técnico «tiene que jugar», y se estrelló de paso al defenestrar también a Vinicius, que no solo no tuvo ningún peligro en ataque por la derecha, sino que debió reconocer que sufrió mucho en defensa. Sin los lesionados Carvajal, Lucas Vázquez y Varane, a Zidane le dio un ataque de entrenador, y el marsellés se arriesga ahora a cerrar su primera temporada completa sin títulos en sus dos etapas en el banquillo, ya que en la 2018-2019 que acabó en blanco regresó de urgencia tras la llamada de Florentino Pérez, cuando el equipo estaba en declive. Ya se marchó una vez, tras llevar al Madrid a la conquista de la tercera Copa de Europa consecutiva, y es él quien, con contrato hasta 2022, de nuevo decidirá si sigue o no, mientras vuelven a resonar los nombres de Raúl González, Massimiliano Allegri y Joachim Löw.