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Hace un cuarto de siglo, y aun está presente en la memoria del planeta fútbol.
'Rafa, no me jodas'.
Aquel 29 de septiembre de 1996 el fútbol tuvo un punto de inflexión cuando Rafa Guerrero levantó el banderín en un Zaragoza-Barcelona.
Hasta entonces ellos eran símplemente 'el linier' y desde aquel día pasaron a ser, con Rafa como abanderado, la punta de lanza y la mano derecha del colegiado de turno.
Todo fue por un error, sí, pero un error que cambió la historia.
Justo en aquel instante Rafa advirtió al árbitro principal, Mejuto Gonzalez, de una agresion de Aguado a Couto.
«¡Rafa, no me jodas! Me cago en mi madre. ¿Penalti y expulsion de quién?», le dijo el árbitro en las imágenes que se hicieron famosas en toda España.
La jugada transcurría en el area del Zaragoza, el partido 3-2 y el portero zaragocista que atrapa el balón. Los jugadores se disponen a salir del area para iniciar el ataque cuando Fernando Couto, cae en las proximidades del Chucho Solana que llevaba el número 3 a la espalda. En las imágenes nunca se llega a apreciar si Solana le da un empujón sin intención para que salga del área o si realmente existe algún tipo de falta.
En ese momento, el linea Rafa Guerrero alza como un resorte su banderín. El arbitro Mejuto González se acerca a el para preguntarle qué pasa.
El dialogo:
- 'Penalti y expulsión', dice Rafa.
- 'Vaya, joder Rafa. Cago en mi madre. ¿Y expulsión de quién?' - le espeta nervioso Mejuto.
- 'Del número 6', responde Rafa.
[...]
- '¿Y es expulsión y penalti?', intenta asegurarse Mejuto.
A lo que Rafa, afirma.. 'Sí'.
Mejuto se acerca Xavi Aguado, que llevaba el 6, y sin mediar palabra lo expulsa y señala penalti. El pobre jugador no daba crédito a sus oidos ni a sus ojos, pero tuvo que abandonar el campo y el Zaragoza acabó perdiendo el partido 3-5.
Aquella anécdota, aquel apunte del fútbol, convirtió a Rafa Guerrero en el árbitro más mediático del planeta. Anuncios, comentarista de prensa y de radio... reclamo de mil y un programas. Rafa Guerrero pasó a tener un eco excepcional.
La vida de Rafa Guerrero le ha ligado a aquel momento y su presente sigue vinculado al fútbol, una pasión, aunque ahora como comentarista y colaborador de 'El Chiringuito', con Josep Pedrerol.
Atrás quedaron los duros momentos que acompañaron a aquel instante. Lágrimas y desilusiones se adueñaron de un colegiado leonés de fama internacional que llegó a redactar una carta de dimisión no cursada en el último instante.
«Habría sido un error renunciar a todo pero hubo instantes en los que tuve la sensación personal de haber matado a alguien», ha asegurado en más de una ocasión.
Aquel día a Rafa Guerrero se le fue una parte de su vida y lo hizo con la misma velocidad con la que entraba en un nuevo mundo, más mediático, cargado de focos, pero al mismo tiempo plagado de aprendizajes. «No me arrepiento», también ha sentenciado.
«Siempre habrá un antes y un después de aquel día en La Romareda. Muchos días viene a mi cabeza aquel momento. Marcó tanto en lo profesional y en lo personal que siempre me acompañará», recuerda el excolegiado.
Han pasado 25 años y parece que acaba de suceder. La vida no se detiene...
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