A la Ponferradina se le escapa la victoria y el liderato

Una segunda parte muy floja de los de Vélez provocó que se les escaparan los tres puntos y también el liderato, ya que el Nástic ha ganado por 2-1 al Real Unión de Irún y se coloca líder en solitario de la Primera Federación.

Comenzó muy activa la Deportiva, presionando alto y buscando portería rival sin miedo. Fruto de esta actitud llegaba el primer gol del encuentro con una gran jugada de Dacosta.

El extremo izquierdo se internó a la frontal del área y sacó un potente disparo que daba un bote justo antes de llegar a portería, lo que despistó al portero del Unionistas, Cacharrón, que nada pudo hacer para atajar la bola.

Subía el 1-0 al marcador en el minuto 4 y con ello la SD Ponferradina comenzaba a esperar en su campo a los rivales para robar y salir a la contra. Así se sucedían las llegadas de los de Iñigo Vélez, sin mucha claridad, mientras que el rival se recomponía a base de trabajar la posesión.

En el minuto 16 Cerdà tenía una nueva ocasión, tras una nueva internada de Dacosta hasta línea de fondo para poner por arriba un pase de la muerte que el centrocampista remataba de media chilena a regañadientas.

La réplica vendría cinco minutos más tarde, cuando había comenzado a llover con contundencia en El Toralín y el campo estaba rapidísimo imprimiendo gran velocidad al ritmo de juego. Aprovechavan la circunstancia los salmantinos para buscar el empate.

En el minuto 21, un ajustadísimo centro de Camus fue rematado por Jon Rojo solo, pero casi desde línea de fondo y sin ángulo de tiro. Motivó esta ocasión a los visitantes que comenzaron a tener el control del partido a pesar de no ocasionar peligro a la portería de Andrés Prieto, que apenas tuvo que intervenir en la primera mitad.

Una primera mitad marcada por Dacosta, que anotó el gol para la Deportiva pero tuvo que ser sustituido por Yeray tras recibir una entrada que le dejaba cojeando en el minuto 35.

Se fueron sucediendo los minutos con intentonas por parte de Unionistas CF, con posesiones largas y llegadas por centros laterales. Sin embargo, la más clara de los últimos minutos fue para la Ponfe.

Un jugadón de Josep Cerdà en el minuto 42 estuvo a punto de marcar el segundo para su equipo. El mallorquí se fue de tres jugadores, entrando al área desde la banda izquierda y sacando un potente disparo que se fue alto.

Arrancó la segunda parte con un cambio por Unionistas, dando entrada a Nespral por Jordi Tur.

A la SD Ponferradina le quedaban 45 minutos para ir a por el segundo y afianzar la victoria, pero desde el pitido incial se vio un cambio de actitud por parte de su rival que a base de posesión fue apagando a los de Iñigo Vélez.

En el minuto 52 El Toralín celebraba un auténtico golazo de Josep Cerdà, que se tiró en plancha desde el segundo palo para mandar la bola al fondo de la red. Sin embargo, estaba en fuera de juego y el tanto no subió al marcador.

El míster de la Deportiva intentó avivar a los suyos con la entrada de Yuri en el minuto 59, pero de poco servía si apenas olían la pelota los locales. La claridad ofensiva de la primera parte desapareció y tampoco aguantaban la posesión los blanquiazules.

Así, poco a poco, los jugadores de la Ponferradina se fueron metiendo en su campo para robar y salir a la contra, estrategia que no valió para la segunda mitad.

El Unionistas se fue creciendo conforme avanzaba el minutero y avisó en el minuto 74 con un lanzamiento de Villar que salió por encima del travesaño. No cesó en su búsqueda del empate el equipo salmantino y no dejó de atacar en ningún momento.

El ritmo del partido bajaba considerablemente pero se veía a los visitantes con más ganas de empatar que a los locales de sentenciar el partido. Y así sería en el minuto 85.

Slavy, que llevaba dos minutos en el terreno de juego tras sustituir a Extaniz, ponía un centro para Jon Rojo que golpeó dentro del área un disparo raso, ajustadísimo al palo derecho ante el que nada pudo hacer Andrés Prieto.

Todavía tuvo la heroica el Unionistas que pudo hacer el segundo gol en el 87 si Andrés Prieto no hubiera sacado un disparo mordido de su propia escuadra. Los últimos minutos sirvieron para que El Toralín pusiera todo su empeño en ser el jugador número doce y transmitir esa fuerza y esperanza a la escuadra berciana para buscar la victoria, que finalmente no pudo ser.