El peor partido de Aarón: «Negro de mierda, te voy a partir los dientes»

«Negro de mierda, te voy a partir los dientes», fueron algunos de los improperios que un varón de unos 60 años, ya identificado por la Policía Nacional, le dijo a este jugador de raza negra.

El futbolista ingresó en el terreno de juego al inicio de la segunda mitad y todo parecía un encuentro más hasta que un rival del San Andrés hizo una fuerte entrada a su tobillo, según relata el mediocentro, una vez superada la hora de partido.

Aarón le recriminó la acción al futbolista local y, tras esa acción, comenzó una retahía de «insultos bastante desagradables», recuerda Pablo Carreño, técnico del Onzonilla 'B'.

«Era una falta de educación pero tenía que seguir jugando», rememora el futbolista, que aguantó el resto del encuentro los insultos de este aficionado del San Andrés.

El final del partido no calmó, ni mucho menos, las aguas en la Era. El jugador que realizó la fuerte entrada sobre Aarón le propinó un puñetazo una vez finalizado el encuentro. Un hecho violento que vendría precedido de otra agresión por parte del aficionado que, durante cerca de media hora, habría insultado de forma constante a Aarón.

Este individuo golpeó al padre de otro jugador que, vista su actitud, se había acercado a increparle su actitud. Según informa el club, ambos se encuentran en buen estado.

Debido al clima violento generado tras el encuentro, efectivos de la Policía Nacional y Municipal de San Andrés del Rabanedo intervinieron para disolver las disputas generadas.

Además, los agentes confirman en un comunicado que estos hechos han sido notificados a la Fiscalía Especial de delitos de odio de la provincia de León. El futbolista y el aficionado han pasado a disposición judicial por delito de odio, delito de amenazas y delito leve de lesiones.

«El vestuario está un poco conmocionado, nos hemos preguntado si así es el fútbol», afirma un decepcionado Carreño. Aarón, por su parte, se encuentra «tocado» ante unos incidentes que, en sus tres años en España, no le habían ocurrido nunca. El jugador denuncia los hechos «sin miedo» porque «mañana le puede pasar a otro».