iñigo gurruchaga
Corresponsal. Londres
Miércoles, 1 de junio 2022
No era solo un partido de fútbol. El destino quiso que el sorteo de los partidos de la segunda ronda de la clasificación para la Copa Mundial de Fútbol de 2022 citase a dos segundones de la primera fase, en Hampden Park, el 24 de ... marzo. Rusia había iniciado la guerra un mes antes, el Gobierno de Kiev prohibió el fútbol competitivo entre hombres en edad de combatir. La cita fue suspendida.
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El seleccionador Oleksandre Petrokov ha mantenido el contacto con sus pupilos, desperdigados por el mundo. Pero dieciséis futbolistas de la escuadra que disputó la primera fase de grupo permanecían, como él, en el país. El Gobierno les dio licencia especial para marcharse con el fin de preparar el partido pendiente. Los hombres de 16 a 60 años no pueden marcharse bajo la ley marcial.
Se reunieron en Eslovenia y, cuando llegaron a Glasgow, era inevitable acordarse de Valeri Lobanovski, legendario futbolista y entrenador del Dinamo de Kiev, posible inventor de la táctica de presión alta al rival. Aparente sabio y certero bebedor en los banquillos de la selección de la Unión Soviética, y también de Ucrania. Petrokov era también rusoparlante, pero ahora solo habla ucraniano.
Otra leyenda ucraniana, Andriy Shevchenko, veía el partido en la grada. Se le alabó en su día por pacificar el ambiente de la selección, después de que jugadores del Dínamo de Kiev y del Shakhtar Donetsk se liaran a patadas y puñetazos en un partido. Hay artículos que analizan con detalle lo ocurrido tras un partido de fútbol en Odessa, que habría sido embrión de la guerra. Pero Shevchenko veía ahora un verdadero partido de fútbol.
Era un partido, primero, de himnos. La hinchada local, «el ejército de tartán», de la tela escocesa, había aprendido el tono del himno ucraniano y hubo un coro unido y emocionante en Hampden Park. Y luego ya se entregaron a su 'Flor de Escocia' Los dos himnos- «Ucrania no está aún muerta, tampoco su gloria y su libertad, la suerte nos sonreirá», decía el de los visitantes- tienen el aroma de la derrota.
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Comenzó finalmente el partido. La selección ucraniana pareció desde el primer momento más fresca que en su última comparecencia en las islas. Entonces, permitió un paseo de Inglaterra en Wembley(4-0) tras derrotar a Suecia en octavos del Campeonato Europeo, y dejar cuerpo y alma en el empeño. Más compuestos, con claridad táctica, parecieron esta vez el mejor equipo.
Yarmolenko y Yaremchuk, dos delanteros altos y fuertes, plantearán problemas a cualquier equipo, y más a uno como el escocés que tiene en el centro defensas clásicos, sin anticipación. El primero, que ha jugado esta temporada en el West Ham londinense, marcó en el minuto 32 , controlando con la izquierda un pase alto y largo de Stepanenko, que traspasó a la pasiva defensa. Elevó el balón sobre la salida del portero.
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Yaremchuk se había abierto a la derecha en el minuto 50, combinó con Karavaev, que venia para apoyarlo. Recibió este el balón y lo cruzó al segundo poste, donde Yaremuchuk había movido a los defensas, a los que burló rematando de cabeza y al suelo para el segundo gol. Escocia marcó por un error terrible del portero visitante y el tercer gol ucraniano llegó cuando los anfitriones se abrían con ansiedad y desorden en la prórroga.
La numerosa hinchada escocesa aplaudía y coreaba. El ejército de la tela escocesa se retiraba con sobriedad y respeto por el rival. Una niña de Glasgow lloraba la derrota de su equipo. El fútbol, posible simulacro de una guerra, había provocado un regreso a algo parecido a la normalidad.
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