El Málaga bloquea a una Deportiva que repite otro empate

La Ponferradina volvió a empezar el encuentro con fluidez en su juego y dominio. Una constante en los comienzos de partido del conjunto berciano.

En poco más de dos minutos, Edu Espiau realizó un disparo raso que rozó Dani Barrio. La Deportiva quería mandar y lo demostró desde el pitido inicial del colegiado García Verdura.

La vuelta de Agus Medina al once también se hizo notar en la Rosaleda. El futbolista catalán gozó de la ocasión más propicia para la Deportiva en la primera mitad.

Una combinación entre sus dos puntas, Enrich y un activo Espiau, finalizó con Medina en el punto de penalti libre de marca. Una triangulación entre los arietes y el centrocampista que tuvo como resultado un disparo del ex del Cornellá que detuvo Barrio con ayuda del poste derecho de su marco.

Los primeros diez minutos fueron un monólogo berciano hasta que llegó un parón debido a una lesión de uno de sus jugadores más en forma, el lateral - y capitán - Ríos Reina.

El defensor andaluz chocó su rodilla con el muslo de Jairo y tuvo que ser sustituido por Ricard Pujol. La Ponferradina perdía una de sus 'catapultas' y, además, no le sentó bien ese parón.

Paulatinamente, el Málaga empezó a entrar en el partido y restarle dominio y presencia a su rival. El descenso de su cuota de balón no fue obstáculo para que la Deportiva contase con una buena oportunidad en las botas de Naranjo.

Espiau se las vio con Juande en una cabalgada al contraataque y consiguió imponerse y cerderle el esférico al ex del Leganés en la frontal. Naranjo probó un disparo ajustado que se marchó lejos del marco 'boquerón'.

Un conjunto, el malagueño, que vio ejecutada la famosa Ley de Murphy con una lesión en la demarcación más crítica. Con sólo dos centrales disponibles, Juande se marchó lesionado y entró en su lugar un joven valor del equipo de la Costa del Sol.

El joven central Andrés Caro, de apenas 18 años, entró al terreno de juego por el defensor cordobés.

El Málaga crecía a través de los pies de Febas y las internadas de Vadillo, que aportaron dinamismo y permitían a los de Natxo González superar las líneas bercianas.

Una mejoría que se tradujo en un cabezazo en el área chica de Thomas, que no logró rematarlo con criterio pese al buen envío del propio Febas.

La Deportiva empezó 'enchufada', con fluidez y ritmo pero llegó al descanso con el ánimo de recuperar su liderazgo en el duelo.

El segundo tiempo estuvo marcado por la igualdad entre ambos equipos. El Málaga logró contar con el primer aviso serio de este periodo. Un buen centro desde la banda izquierda que remató a duras penas Thomas y mandó el segundo balón de la noche a la madera. El ex del Mallorca reclamó penalti por un agarrón del central Pascanu.

Vadillo hizo gala de su característico desborde probó suerte en una jugada individual que finalizó en un disparo desde fuera del área, sin peligro para Amir.

Jon Pérez Bolo buscó generar ventajas desde los costados e hizo entrar al terreno de juego a Saverio y a Dani Ojeda con la intención de ganarle la batalla por las bandas al conjunto andaluz.

El partido seguía su curso sin que Barrio ni Amir estuviesen inquietos. Los arietes de la Deportiva intentaban generar espacios a los centrocampistas para poder encontrar una posición propicia para armar un buen disparo.

Así, Enrich y Espiau intentaban aparecer en cualquier franco del ataque. En las bandas, en la línea de tres cuartos o, naturalmente, en el área. Sin embargo, sus buenas intenciones no conseguían obtener el premio.

A falta de 15 minutos, Bolo dio entrada a su eterno as en la manga: Yuri da Souza. El brasileño entró por Enrich, un cambio con el que el técnico confiaba en que su jugador aprovechase una ocasión para amarrar el triunfo.

La Rosaleda empujó a su equipo en su búsqueda del triunfo pero la Deportiva se empleó a fondo en defensa, una de sus principales virtudes, para conseguir una jornada más mantenerse invicto aunque sean ya tres jornadas sin sumar los tres puntos.