La Deportiva no encuentra el camino del gol

Los de Bolo, que dispusieron de no muchas ocasiones claras, encadenan la cuarta jornada seguida sin ganar que les hace dar un pequeño paso atrás en la pelea por el ascenso directo, en un partido donde bajas sensibles como Erik Morán, Copete, Espiau, Naranjo o Yuri se dejaron notar.

Tres partidos sin ganar en ambos bandos marcaban el trasfondo de un encuentro en el que la gran sorpresa, positiva, para la Deportiva, era la presencia de Sergi Enrich, con problemas durante toda la semana, en el once blanquiazul.

Con el menorquí liderando el ataque berciano y Agus Medina haciendo de enlace entre el centro del campo y los atacantes, el conjunto de Bolo salió con muchas intenciones e ímpetu, dominando el choque en sus primeros instantes.

Los mejores minutos blanquiazules fueron el primer cuarto de hora, con diversas ocasiones para abrir el marcador que frustró un gran Cristian Álvarez. Enrich tuvo la primera, pero la más clara de este tramo, quizá, fue para un Kike Saverio que regresaba a la titularidad que, tras recortar a su par, chutó de zurda al palo largo, disparo que repelió el meta rosarino.

El encuentro llegó, tras estos primeros 15 minutos de juego, a un pequeña tregua, donde el Zaragoza pudo tener algo más el balón y bajar las revoluciones a un partido en el que la Deportiva había querido meter un ritmo muy alto.

Los maños, sin embargo, no generaban ocasiones más allá de alguna jugada a balón parado, con Paul Anton y Cristian dominando por completo el centro del campo. En el ecuador de la primera mitad, llegó la ocasión más clara para los de Bolo con un chut de Agus Medina que desvió, con la espalda, Enrich y Álvarez, demostrando grandes reflejos, logró sacar a córner.

Eran unos buenos minutos de la Deportiva, no al nivel de los primeros, pero en los que había vuelto a ser superior al conjunto dirigido por JIM, que buscaba la velocidad de Borja Sainz y Narváez a la contra o segundas jugadas generadas por Álvaro Giménez para hacer daño a los bercianos.

El Zaragoza se fue con una senación un tanto mejor al descanso al disponer de su mejor oportunidad al borde del descanso, cuando Giménez dispuso de un mano a mano que Paris, providencial, cortó cuando el delantero se disponía a rematar para mantener el 0-0 en el intermedio.

No realizó cambios Bolo al descanso, puesto que el plan no le estaba disgustando completamente ante un Zaragoza que, en un momento de baja confianza, pretendía no cometer errores ni dar facilidades para crecer a partir de ahí.

El inicio de la segunda mitad fue más igualado, con un conjunto maño que se estiró algo más, pero sin grandes acciones de peligro ante una Deportiva luchadora, sacrificada a nivel físico en la presión, pero que no fue suficiente para controlar el partido, como en la primera mitad, en este tramo del mismo.

El guion del partido había cambiado a uno de mayor equilibrio entre los dos equipos, con alternativas para ambos y donde el Zaragoza se había despojado de esa superioridad berciana de la primera mitad.

Para tratar de dar algo más a su equipo, entre otras cosas profundidad por banda, y recuperar el control del centro del campo, Bolo optó por Ríos Reina y Miguel Baeza para llevar de nuevo el partido a un escenario propicio para los blanquiazules.

Pero el partido se seguía alejando a lo que le interesaba, por lo que Bolo siguió utilizando sus 'comodines', como era Kuki Zalazar, con cuya entrada se centró la posición de Baeza y se retrasó la actividad de Agus Medina hasta el medio del campo.

Superado el ecuador de la segunda mitad, era el Zaragoza quien estaba haciendo más por marcar, por adelantarse, ante una Deportiva que no encontraba soluciones para dar la vuelta al dominiio del encuentro. Las llegadas por banda de los zaragozanos empezaron a ser cada vez más frecuentes y Borja Sainz, en un balón que no logró rematar Narváez, estuvo a punto de sorprender a Amir.

El choque entró en su tramo final sin novedades en el marcador y la Deportiva, ahora sí, volviendo a acercarse con mayor asiduidad al área rival, pero sin llegar a tener un remate claro para asustar al Real Zaragoza.

Ese susto ponferradino llegó por partida doble, primero con un disparo lejano de Ojeda que Álvarez tuvo que enviar a córner y, acto seguido, Pascanu se encontró un balón en el área que chutó con fuerza, yéndose el balón muy alto en una de las ocasiones más claras del encuentro.

Pero el gol seguía lejos de una Deportiva que lo intentó, pero le faltaron argumentos de peso para anotar ese necesario gol para romper la racha de encuentros sin victoria que, tras el empate (0-0) con el que acabó el encuentro se estira hasta los cuatro.