Un final con polémica impide a la Deportiva dar otro paso hacia el playoff

Ese éxtasis se transformó en confusión y enfado en El Toralín donde, sin embargo, la Deportiva dio otro paso hacia el playoff, aunque no tan grande como el que podía haber sido. Los blanquiazules empataron (1-1) ante el Ibiza en un choque marcado por esta jugada y el tempranero gol ponferradino.

La importancia del partido, en buena medida, la medía la situación clasificatoria de ambos equipos: un triunfo berciano alejaba casi definitivamente de su posición al Ibiza de Paco Jémez, que sabía que tenían ante sí una especie de final por el playoff.

Y en un partido de este calibre es fundamental entrar bien en el mismo. La Deportiva no lo pudo hacer mejor. Sin tiempo para que la afición blanquiazul se acomodara, ni para que el speaker calentara la voz y, casi con Bolo de regreso a su banquillo tras saludar a Jémez, el cuadro berciano se adelantó en el marcador.

Con apenas 30 segundos de juego, Enrich aprovechó una bella dejada de tacón de Espiau para, desde la frontal, rematar, con un toque 'aliado' en un defensa rival para despistar a Parreño.

El encuentro era otro para la Deportiva. Con ventaja, el ritmo de juego bajó, bajó mucho, algo que le interesaba a los bercianos para mover la pelota con tranquilidad, buscar espacios y tratar de atraer a los pitiusos para que se abrieran esos huecos.

Aun así, los primeros errores fueron blanquiazules, en la salida de balón. Ojeda y Erik Morán erraron en sus pases y dieron opciones a los celestes, que no lo aprovecharon.

Tras evitar estos fallos, la Deportiva controló el choque, con ese ritmo bajo. Erik Morán y Espiau avisaron con sendos disparos desde la frontal a la par que explotaban el costado derecho donde Paris doblaba a Ojeda, generando superioridad ya que Christian Herrera, habitual punta en el Ibiza, tenía que hacer la cobertura y no siempre llegaba.

Los de Bolo empezaron a adelantar líneas y crear dificultades en la salida del balón del Ibiza en unos primeros 25 minutos de la primera mitad donde la Deportiva fue mejor y superior, aunque sin ocasiones muy claras, más allá del gol.

A partir de este momento, empezó a despertar el Ibiza con una ocasión de Herrera en la que, solo en el segundo palo, el control no fue del todo bueno y la defensa ponferradina, atenta, taponó su disparo.

Respondieron los bercianos con la estrategia, sorprendiendo con un córner botado a la frontal y raso que Ojeda empaló, chocando contra la defensa. Fue en estas jugadas donde más peligro generaron los bercianos, con un libre directo previo de Ríos Reina y otra jugada ensayada, en una falta, que no pudo rematar Paul Anton.

Pero el Ibiza se soltó antes del descanso. Appin, con una conducción de lado a lado y un disparo cruzado en exceso envió el primer aviso que replicó, poco después, Miki Villar con un remate también desviado en una posición franca a centro de Herrera.

Empezó a sufrir el cuadro berciano en los últimos minutos de la primera mitad, con un Ibiza más volcado y preciso en ataque, encontrando fisuras en la defensa blanquiazul. Herrera, de nuevo, la tuvo a centro de Guerrero pero Amir, un día más, apareció con una enorme intervención. En este saque de esquina Miki Villar, en el rechace, envió una volea al larguero. La Deportiva, justo antes del descanso, se había salvado y empezaría la segunda mitad con ventaja.

El descanso sentó bien a la Deportiva, que salió con poderío de los vestuarios, con varios acercamientos peligrosos en los primeros compases de la segunda mitad. Naranjo, que peleó un balón que parecía perdido y Espiau, con un bonito remate de tacón que se fue fuera tras un gran centro de Ríos Reina, tuvieron en sus botas el 2-0.

La buena salida de la Deportiva incomodó sobremanera a un Ibiza que, en la reanudación, vio frenada su progresión en los últimos minutos de la primera mitad. Los bercianos estaban superando por completo en estos minutos a los baleareas y comenzaron a acumular méritos para anotar el segundo.

Con los cambios, el Ibiza ganó algo más de posesión, pero la Deportiva se mantuvo impertérrita, seria y sólida en ataque y vertical en ataque, tratando de aprovechar los espacios que dejase el cuadro visitante, sobre todo por la banda derecha por esa situación de la menor cobertura defensiva del extremo y la 'reconversión' de su lateral, Escobar, como mediocentro en ataque.

El conjunto de Bolo estaba controlando bastante bien al Ibiza pero, aún así, los pitiusos encontraron el camino al gol que merecieron en la primera mitad pero que lograron en la segunda parte. Appin cabeceó con precisión un buen centro de Escobar para empatar el choque en el tramo final del mismo.

Con este nuevo escenario, la Deportiva se vio obligada a dar un nuevo paso adelante y se vieron minutos de mucha batalla en el centro del campo, con posesiones para ambos y ataques más rápidos en unos instantes de mucho ritmo.

Esta igualdad final se tradujo en escasez de ocasiones, en pocas llegadas de peligro, a pesar de que ninguno de los dos equipos renunció al gol de la victoria. Esa gran ocasión llegó en la última acción del partido en la que Saverio finalizó una conducción hacia adentro con un potente disparo que acabó en gol. El tanto fue anulado puesto que en su trayectoria se interpuso Cristian, en fuera de juego, y el colegiado interpretó que pudo intervenir en la jugada pese a apartarse.

Con esta acción finalizó el encuentro, con un reparto de puntos que deja a la Deportiva en una buena situación para seguir mirando con decisión al playoff.