La Deportiva, ante su gran oportunidad

Los de David Gallego tienen una oportunidad de oro ante sí. El cuadro blanquiazul recibe a un Leganés en crisis, que confía el banquillo a un entrenador interino como Carlos Martínez tras destituir a Imanol Idiakez y con sólo cinco puntos de renta sobre una Deportiva que intentará acortar esa distancia hasta las dos unidades.

Ese es el gran reto de los ponferradinos: demostrar, a los más incrédulos o pesimistas, que están vivos. Y con ese ánimo reciben a un Leganés tocado, que encadena ocho jornadas sin ganar, perdiendo sus últimos cinco partidos.

La Deportiva tiene que convertirse en un tiburón que, al oler esa sangre que emana de una herida que el Leganés aún no sabe como curar, ataque sin remordimientos, de forma inconsciente, para no dar opciones a su presa. Porque, como en la naturaleza, se trata de supervivencia, y los bercianos necesitan aún más esos tres puntos que el cuadro leganense.

De las sensaciones no se vive, algo que bien saben en el equipo blanquiazul, que ahora tiene un nuevo reto, como es el de transformar esa mejoría en el 'feeling' y esos buenos momentos de juego en goles y en resultados, además de prolongar esos minutos de buen fútbol que llevan a cabo por tramos.

Sin bajas, a priori, y mucha ilusión, la Deportiva quiere cerrar la Semana Santa resucitando, emergiendo del sepulcro en el que lleva durante buena parte de la segunda vuelta, para decir alto y claro a toda la Segunda que va a luchar por quedarse hasta el final.

Y no hay mejor ocasión que esta, teniendo en cuenta que el Oviedo – a cinco puntos, como el Leganés – visita a Las Palmas y el Racing – a tres puntos – recibe al Albacete. El tren por la salvación pasa por El Toralín y la Deportiva debe de estar presta para cogerlo a tiempo. Aún hay vida.