El Comité de Apelación mantiene la clausura parcial de Vallecas

Apelación, que había suspendido cautelarmente esta sanción a principios de enero, ha decidido dejar sin efecto esta medida y ha ordenado que el equipo rayista cumpla el cierre de su estadio en esas fechas.

«Dada la inmediatez del próximo partido que debe disputar en sus instalaciones deportivas el Rayo Vallecano de Madrid, SAD, el cumplimiento de la sanción de clausura parcial del estadio, será efectiva en los encuentros que debe celebrar el citado club en las jornadas 29 y 31 del Campeonato Nacional de Liga de Segunda División», señala la resolución del Comité.

Éste tampoco ha admitido la pretensión del Albacete de que el Rayo fuera declarado responsable de los daños y perjuicios que sufra el club como consecuencia de la infracción estimada.

El Rayo fue sancionado el 27 diciembre por los hechos ocurridos durante el partido de liga jugado el día 15 de ese mes en su estadio contra el Albacete y que fue suspendido en el descanso por el árbitro ante los polémicos gritos que un sector del público dirigió al jugador ucraniano del equipo manchego Roman Zuzulia.

El Comité de Competición acordó entonces que la segunda parte del partido se jugara a puerta cerrada; multó al Rayo Vallecano con 18.000 euros y le sancionó con la clausura parcial de su estadio durante dos partidos, en la zona en la que se produjeron los hechos que motivaron el expediente.

Tras esta decisión el Rayo recurrió al Comité Apelación, que el 2 de enero pasado suspendió cautelarmente la ejecución de las sanciones y que hoy ha ratificado las mismas.

Contra la resolución Apelación cabe interponer recurso ante el Tribunal Administrativo del Deporte en el plazo de quince días hábiles, a contar desde el siguiente al que se reciba la notificación.

El encuentro Rayo-Albacete, correspondiente a la vigésima jornada de Liga en Segunda división, es el primero de la Liga española suspendido por incidentes de público, tras lo ocurrido entre los aficionados locales y Zozulia y la exhibición de una pancarta (10-15 metros de largo) con el lema «Evitar que un nazi vista la franja».

El árbitro detuvo el partido en dos ocasiones y en el descanso tras consultar con ambos clubes y con los responsables de seguridad decidió suspender el partido.