La astucia que revivió Enrique Martín casi dos décadas después

El preparador de La Cultu pagó con la misma moneda a su rival en el banquillo este sábado, aunque dos décadas después y sin intención aparente, pura casualidad. Un fenómeno antideportivo que castigó a Martín, por entonces técnico del Leganés, con diez partidos de sanción y una multa de 500.000 pesetas (unos 3.000 euros actuales) por trabar la jugada del delantero del Badajoz, Sabino Sánchez.

El Comité de Competición consideró entonces la acción del entrenador como «conducta contraria al buen orden deportivo de naturaleza grave», de acuerdo con el artículo 125 de los estatutos federativos, que establecían sanciones de cuatro a 10 partidos y una multa de 100.000 a 500.000 pesetas. Es decir, el máximo castigo en ambos casos. Si bien Competición rechazó la alegación de alineación indebida interpuesta por el Badajoz ya que «el Leganés no alineó a ningún futbolista sin reunir los requisitos reglamentarios».

La pillería, por tanto, conlleva sanción, pero existen algunos matices en la situación actual. Al entrenador navarro, a diferencia de lo sucedido en Albacete este sábado, no lo expulsaron por la acción, sino por protestarle al árbitro en los últimos minutos del encuentro.

Rubén de la Barrera esperaba que el balón traspasara la línea pero, al ver que la pelota continuaba en el campo, pisó el cuero hacia afuera para sorpresa de todos. Enrique Martín no pisó el balón pero trabó en plena carrera a un jugador, algo que ya hizo La Volpe con América cometiendo falta sobre Chapito Vázquez, Javier Aguirre con la selección de México ante Panamá en la Copa Oro (fue expulsado no sólo por salir del área técnica sino por su agresión hacia el jugador de Panamá Ricardo Phillips, que también se llevó la expulsión por la bronca posterior) o José Mourinho... durante un partido benéfico. La picardía se castiga, y en este caso dio de su medicina a quien la puso en práctica. Casualidades surrealistas de la vida.