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Eden Hazard está de vuelta. El belga entró en la lista de Zinedine Zidane para el partido que medirá el martes al Real Madrid con el Borussia Mönchengladbach en la segunda jornada de la Liga de Campeones. Una cita crucial para el devenir de ... los blancos en su competición predilecta tras la inesperada derrota sufrida frente al Shakhtar Donetsk en el estadio Alfredo Di Stéfano, pero a la que llegarán con la moral reforzada por su triunfo en el clásico. Una inyección anímica a la que se suma la recuperación del astro que estaba llamado a ser el estandarte del conjunto de Chamartín, pero que ha pasado más días en la enfermería desde que aterrizase con pompa galáctica en el Santiago Bernabéu que dibujando aquellas acciones de fantasía que le convirtieron durante años en el gran emblema de la Premier League.
El '7' no figuraba en una citación de Zidane desde el pasado 29 de septiembre. El duelo contra el Valladolid del día siguiente iba a suponer su retorno a los terrenos de juego, más de mes y medio después de que tuviese que abandonar el Etihad Stadium cabizbajo por no haber podido impedir la eliminación europea del Real Madrid a manos del Manchester City. Pero horas antes de ese envite frente al cuadro blanquivioleta se le diagnosticó una lesión muscular en la pierna derecha y no pudo vestirse de corto.
El enésimo contratiempo en su recuperación disparó las alarmas y se decidió que el ex del Chelsea no regresase hasta estar en plenitud de facultades. Zidane alertó de que su dolencia era más seria de lo inicialmente previsto y no quiso forzarle para el clásico. Pero el belga ya parece haber alcanzado un estado físico adecuado. Tanto que el preparador ha optado por alistarle para un pleito en el que el Real Madrid no puede fallar si no quiere complicarse en grado sumo su pase a octavos de la Champions.
Porque los blancos afrontarán una nueva situación límite ante los 'potros' de Marco Rose. Con el casillero de puntos a cero, solo un triunfo les serviría para enderezar su marcha en el torneo en el que han reinado por trece veces en su historia. El patinazo ante la cenicienta de su grupo les ha dejado sin margen de error y, todo lo que no sea regresar a la capital española con la victoria en el bolsillo convertiría los duelos venideros en partidos a vida o muerte.
En litigios de ese calibre se mueve como pez en el agua Zidane. Como hiciera un año antes en Estambul cuando la guillotina pendía sobre su cabeza, el marsellés se reivindicó en el Camp Nou con un triunfo de altura que demostró que la comunión con su plantilla es la mejor arma del técnico. En sus horas más amargas, tiró de sus pretorianos para asaltar el feudo azulgrana por tercera vez en su carrera en los banquillos y colocarse con cinco victorias en los diez clásicos que ha dirigido, un registro que a José Mourinho le costó 17 partidos y que solo superan Miguel Muñoz y Luis Molowny en el bando merengue.
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El regreso de Sergio Ramos insufló carácter a un equipo que, pese a ciertas fisuras en defensa, acabó doblando a su adversario en remates a puerta y pudo firmar una goleada mayor de no haberse encontrado con una gran versión de Neto. Mientras los azulgranas se desplomaban en el apartado físico, los blancos acabaron instalados en el área rival, demostrando la raza y el orgullo incardinados en su ADN, pero también un fondo que no se les había visto en lo que va de campaña.
El choque sirvió incluso para rehabilitar la imagen de Lucas Vázquez, habitual blanco de críticas pero al que Zidane ha defendido siempre a capa y espada. Su irrupción por el lesionado Nacho ayudó a contener la sangría que estaba haciendo Jordi Alba y terminó asistiendo a Kroos y Sergio Ramos en sendas acciones que pudieron suponer la sentencia antes de que Modric pusiese la puntilla tras un par de amagos antológicos. Su disciplina y sacrificio le han convertido en un lateral derecho de garantías cuando la situación lo requiere y, tras brillar en el Camp Nou como ya hiciera hace tres campañas frente al Bayern de Múnich en la vuelta de semifinales de la Champions, se perfila de nuevo como '2' en el Borussia Park por las ausencias de Carvajal, Odriozola y Nacho.
Una plaga de bajas que ha llevado a Zidane a citar también a Sergio Santos, carrilero de 19 años que entró en La Fábrica en 2012 y que este año ha dado el salto al Castilla de Raúl González tras proclamarse campeón de la Youth League.
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