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Jornada 4

El Barça deja escapar vivo al Sevilla

El equipo de Xavi logra un empate que le sabe a poco después de tener superioridad numérica en la segunda mitad tras la autoexpulsión de Koundé

daniel panero

Martes, 21 de diciembre 2021

Reto mayúsculo el que tiene el Barça este martes en el Ramón Sánchez Pizjuán en encuentro de Liga aplazado correspondiente a la cuarta jornada. El equipo de Xavi llega al último partido del año con dudas después de la victoria 'in extremis' ante el Elche ... y visita uno de los estadios más complicados del campeonato. El Sevilla, que ha sumado 22 de los 24 puntos que ha disputado como local en la Liga, es un examen y una posibilidad de cerrar 2021 con buenas sensaciones y una victoria que permitiría a los azulgranas acercarse a los puestos de acceso a la Liga de Campeones.

«Es otra oportunidad ante un rival directo, otra reválida. Son un equipazo y con un técnico (Julen Lopetegui) enorme. Vamos con muchas ganas porque los tres puntos nos darían mucha moral». Así definió Xavi este lunes el importante examen que su equipo tiene por delante en el Sánchez Pizjuán. No es para menos. Enfrente estará el segundo clasificado, un equipo que ha ganado siete de los ocho partidos que ha disputado en su estadio y que llega después de imponerse nada más y nada menos que al anterior campeón.

El reto es grande también para el Barça por las sensaciones que ha dejado en los últimos partidos. Diciembre ha sido un mes de contrastes en el que los culés han caído en Champions y han sucumbido ante rivales como el Betis, pero en el que también han demostrado mejoras en la idea de juego defendida por su nuevo técnico. A eso precisamente se agarra Xavi para conseguir un triunfo vital. «El sábado se vio lo que quiero. La primera parte fue excepcional. Estamos en una buena dinámica. Estamos creciendo», afirmó.

El Barça tendrá que sobreponerse una vez más a la plaga de lesiones que llevan asolando al equipo desde que comenzara la temporada. Xavi no podrá contar con Martin Braithwaite, Demir, Memphis Depay, Sergiño Dest, Ansu Fati, Pedri, Sergi Roberto y Wague, mientras que recupera a Gerard Piqué, ausente ante el Elche por acumulación de amonestaciones. Todas estas bajas condicionan a un equipo que formará con un once similar al que derrotó al equipo ilicitano, ya que no puede incluir más jóvenes del filial por estar obligado a tener un mínimo de siete jugadores del primer equipo sobre el césped. «El otro día no puse más jugadores del filial por la norma. Es una norma estúpida que tapa la progresión de futbolistas», valoró.

Será un partido duro para el Barcelona contra un Sevilla que llega en un gran momento después de lograr tres triunfos en Liga ante equipos importantes como Villarreal, Athletic y Atlético de Madrid. Los de Lopetegui llegan además al encuentro con la posibilidad de afianzarse en la segunda plaza y reducir la ventaja del Real Madrid en el liderato a tan solo tres puntos. El equipo de Nervión atraviesa su mejor momento, pero tiene bajas importantes. No podrán estar por lesión Acuña, Lamela, Montiel, Ocampos, Jesús Navas, En-Nesyri y Suso, lo que obligará a Lopetegui a alinear un once en el que Rafa Mir ejercerá de estilete y en el que Papu Gómez y Rakitic, que se enfrentará a su exequipo, serán los encargados de dar el último pase.

El Barça visita un estadio que en las últimas temporadas en Liga se le ha dado bien, pero, claro, estaba Leo Messi. El delantero argentino tenía una fijación con los hispalenses, equipo al que le marcó hasta 39 dianas. A nadie le anotó más con la camiseta blaugrana. El flujo anotador del 10 ante el Sevilla permitió a los culés cerrar la última década con una sola derrota en el campeonato doméstico. Fue en la temporada 2015-2016 cuando el Barça cayó con tantos de Vicente Iborra y Krohn Dehli.

El Barcelona consiguió ante el Sevilla un empate que sabe a poco al equipo azulgrana. El conjunto que dirige Xavi firmó las tablas tras los goles de Papu Gómez y Araujo en un partido que tuvo de todo. Los culés fueron superiores y en la segunda mitad, con superioridad numérica, tuvieron en su mano la posibilidad de hacer un gol que les diera un triunfo de peso ante un rival directo. Sin embargo, una vez más, la falta de pegada privó al Barça de cerrar el año con una alegría.

El equipo blaugrana salió de inicio al Sánchez Pizjuán sin miedo al escenario. El feudo, uno de los más complicados del campeonato, no intimidó a Xavi, que repitió la idea que maneja desde que aterrizara como técnico culé. Presión adelantada y juego de posición con tres centrales y Araujo de lateral diestro en fase ofensiva. Ese dibujo, que los aficionados azulgranas se están aprendiendo de memoria, tuvo como protagonistas a Gavi, Abde y Ferrán Jutglà, los tres jugadores del filial que el entrenador de Tarrasa eligió para este encuentro.

Sevilla

Bono, Koundé, Fernando, Diego Carlos, Rekik, Delaney (Augustinsson, min. 86), Jordán, Rakitic (Gudelj, min. 69), Ocampos (Valentino, min. 92), Papu Gómez (Juanlu, min. 86) y Rafa Mir (En-Nesyri, min. 69).

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Barcelona

Ter Stegen, Araujo, Piqué, Eric (Lenglet, min. 73), Jordi Alba, Busquets, Frenkie de Jong (Luuk de Jong, min. 85), Gavi, Dembélé, Jutglà (Nico, min. 73) y Abde.

  • Goles: 1-0: min. 32, Papu Gómez. 1-1: min. 45, Araujo.

  • Árbitro: Del Cerro Grande (Comité Madrileño): Amonestó a Busquets, Delaney, Abde, Gavi y Juanlu, y expulsó con roja directa a Koundé.

  • Incidencias: Partido aplazado correspondiente a la cuarta jornada de Liga, disputado en el Sánchez Pizjuán ante 31.358 espectadores.

Más allá de los nombres, los de Xavi quisieron instalarse desde el primer minuto en campo contrario y lo lograron. El culé es un equipo que con balón sabe jugar con criterio y en el que futbolistas como Busquets, Frenkie de Jong o Gavi son capaces de someter a rivales del calado del Sevilla. Así pasó en el primer tramo de encuentro, momento en el que los blaugranas gozaron de varias ocasiones de gol, pero unas veces la falta de puntería de Jutglà y en otras la buena colocación de Bono evitaron que llegara un primer tanto que allanara el partido a los de Xavi.

Pasado el aluvión, el Sevilla logró salir de la cueva para empezar a inquietar al Barça. El equipo de Julen Lopetegui mezcló la salida desde atrás con un juego en largo en el que Ocampos y Rafa Mir dieron muestras de que podían dar guerra a la zaga culé. En un lance, lograron un córner y la estrategia dio frutos. Rakitic sacó en corto al primer palo y el Papu Gómez salió de un bloqueo para disparar a placer al otro palo y batir a Ter Stegen, que no pudo hacer nada ante la maraña de defensores que tenía por delante.

El tanto era una nueva prueba de madurez para el proyecto de Xavi y ese examen en esta ocasión lo iban a pasar con nota, aunque sin más de un gol. El Barça volvió a reescribir el guion que tenía previsto para el partido en el mismo renglón que lo había dejado y volvió a hacerse con la posesión. La diferencia es que en esta ocasión sí iba a tener premio e iba a ser dar a los hispalenses su propia medicina, el balón parado. Dembélé puso un saque de esquina al corazón del área y ahí, por encima de todos, emergió la figura de Ronald Araujo para cabecear el balón y poner la igualada al filo del descanso. Un gol psicológico.

Tras la reanudación los dos equipos se dieron una tregua. Como si ambos quisieran evaluar daños antes de seguir con la contienda, los dos apostaron por el pase de seguridad y por reforzarse tras el intercambio de golpes de la primera mitad. En ese nuevo escenario los de Xavi dieron un paso atrás y el Sevilla pasó a dominar el encuentro y a generar ocasiones a través del balón parado, una suerte que ya funcionó en la primera parte y que en esta ocasión tuvo en la cabeza de Delaney su principal baza ofensiva. El centrocampista danés tuvo dos ocasiones y en ambos casos no logró encontrar la portería de Ter Stegen.

Para entonces, los problemas a Xavi se le estaban acumulando. Dembélé y Abde estaban desaparecidos en combate y el centro del campo compuesto por Busquets y De Jong estaba a expensas de la superioridad física de Delaney y Jordán. Todo iba en contra de los culés hasta que a Jules Koundé se le cruzaron los cables en un lance con Jordi Alba. Rifirrafe en la banda y el defensor francés le lanzó con la mano un balonazo al jugador culé que terminó con su expulsión. El contratiempo obligó a Lopetegui a reestructurar su equipo con la entrada de Gudelj y a abandonar esa presión arriba que tanto estaba asfixiando a los de Xavi.

La superioridad numérica le sentó bien a un Barcelona que se lanzó a por el encuentro. Xavi dio entrada a Nico para sumar una pieza más en la batalla en el centro del campo y el cambio surtió efecto. A partir de entonces los culés salieron a toque de corneta y embotellaron a un Sevilla que se defendió como gato panza arriba. Gavi, de cabeza, y Dembélé, con un disparo que se estrelló en la madera, tuvieron las ocasiones más claras, pero no lograron materializarlas para que el Barça sumara tres puntos vitales para despedir el año.

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