La renovación de Simeone, el mejor fichaje del campeón

Desde su llegada, Simeone ha cosechado ocho títulos desde el banquillo rojiblanco, el más reciente el último título de Liga. De largo, el técnico más longevo de la historia atlética y el que más tiempo lleva en un banquillo del fútbol español. Ha ganado 316 partidos y presenta cifras a las que ni siquiera se acerca Luis Aragonés, el mayor mito de la historia del club hasta la aparición del argentino. Más allá de los títulos, lo que más se le valora es que haya conducido siete veces al Atlético al menos hasta octavos de la Champions. Y cuando no pudo, levantó dos veces la Europa League.

«Orgullo. Responsabilidad. Desafío. Ilusión. Felices de seguir en el Atlético», escribió Simeone minutos después de hacerse oficial su renovación, el pasado 8 de julio. Ofertas no le han faltado, pero lo tiene todo cerca del Metropolitano. Como dijo Guardiola sobre José Mourinho en plena guerra de los Madrid-Barça, es el «puto amo». «Cabezón», como él mismo confiesa, le persigue una obsesión: levantar la primera Champions en la historia de la entidad. Un trofeo que acarició dos veces, en 2014 y 2016, y que perdió en dos finales dramáticas ante el Real Madrid, la primera en la prórroga de Lisboa tras el gol de Sergio Ramos en el 93' y la segunda por penaltis en Milán.

El Atlético mantiene la base de la plantilla con la que se ha coronado, reforzada incluso con el centrocampista argentino Rodrigo de Paul, campeón y una de las estrellas de la Copa América. Cerró antes su fichaje procedente del Udinese por 30 millones, 'a priori' una buena operación. El joven Marcos Paulo llegó como agente libre del Fluminense, pero lo normal es que acabe cedido. Ha intentado aligerar sueldos para ajustarse a las exigencias de la Liga, pero tendrá que pagar partes importantes de las fichas como la de Vitolo al Getafe. Causan baja en principio también Dembélé y Lucas Torreira, tras acabar el periodo a préstamo del Olympique de Lyon y el Arsenal, respectivamente. Y Álvaro Morata volverá a jugar como cedido en la Juventus a cambio de 10 millones.

Tiene pendiente un movimiento clave, el del acompañante de Luis Suárez, un regalo del Barça que con sus 21 goles resultó decisivo en la pasada Liga. Por lo que marcó y por lo que trabajó para que crecieran junto a él jugadores como Ángel Correa o Yannick Carrasco. Pero el charrúa tiene 34 años y necesita descansos. Como antes de entrar hay que dejar salir, el fichaje de ese '9' depende del traspaso de algún peso pesado para recaudar y liberar sueldos altos.

Saúl Ñíguez, que perdió protagonismo el curso pasado por su mal momento y el crecimiento exponencial de Thomas Lemar, está en el mercado. Sonó con fuerza un posible trueque con Antoine Griezmann, pero el Barça prefiere que el galo no recale en un rival directo. En la recámara sigue Rafa Mir, ariete murciano del Wolverhampton que se ha revalorizado en los Juegos Olímpicos de Tokio y responde a ese perfil de punta que le gusta a Simeone.

Más allá de nombres nuevos, el Atlético seguirá basándose en su solvencia defensiva, con el Zamora Jan Oblak como estandarte. No encajar goles y no pensar más allá del siguiente partido, son dos premisas innegociables para Simeone. La tercera es encontrar por fin una versión creciente de Joao Félix. La aportación del 'menino' ha sido escasa. En su primer año, seis goles en 27 partidos ligueros.

En el pasado ejercicio comenzó mejor, con liderazgo y protagonismo, pero luego las lesiones le mermaron para terminar con siete tantos y cinco asistencias en 31 partidos. Todavía se recupera de una operación de tobillo tras pasar con más pena que gloria con su selección por la Eurocopa.