Asensio y los pesos pesados rescatan al Madrid de la apatía

El conjunto azulón ejecutó un caballeroso pasillo al campeón de Copa y ya en faena desafió al gigante en busca de esos puntos que necesita para alcanzar la salvación. Faltaba tensión entre los madridistas, con un error de bulto del reaparecido Mendy que pudo suponer la ventaja foránea. El Real Madrid, perezoso e indolente, daba muchas facilidades a los hombres de azul, con espacios para recibir y conducir. Cometía además errores en la salida de balón impropios de jugadores de alto nivel y solo el punto de mira desviado impidió una ventaja visitante.

Aseguró Ancelotti un once muy competitivo y sacó pecho por la profundidad de su plantilla, pero lo cierto es que mientras un banquillo de auténtico lujo seguía desde la distancia el duelo, los menos habituales estaban lejos de convencer sobre el verde. Apatía total en una primera parte anodina, en la que la mayor producción ofensiva blanca fue un disparo muy desviado de Ceballos y el área azulona fue un coto vedado a cualquier futbolista del Madrid.

Ancelotti, de todo menos convencido con lo que había visto hasta el momento, recurrió a Kroos y reubicó a Camavinga en el lateral izquierdo que hasta entonces había ocupado Mendy. Comenzó a ser más fluido el juego del Madrid pero no lo suficiente, por lo que el italiano echó el resto con Vinicius y Modric al tapete.

No se le puede negar a Carletto la determinación para ir a por el partido. Ni un minuto tardó Vinicius en sembrar el pánico con sus ingobernables incursiones por el carril izquierdo. Bordalás reaccionó renovando al completo su ataque y lo cierto es que Courtois evitó el 0-1 con una plástica estirada ante un obús de Iglesias. Entre esa parada y el cañón de Asensio en la zurda, esta vez con la ayuda del toque en un rival, decantaron un partido en el que bien podía haber pescado algo el Getafe.

El Madrid dejó al menos un mejor sabor de boca con el arreón final, propiciado por su ventaja en el marcador. Vinicius marcó pero en fuera de juego y David Soria se lució ante el cabezazo en plancha de Asensio, suerte poco habitual en el repertorio del balear. Suficiente para que la parroquia de Chamartín aprobase a los suyos con toda la atención ya fijada en el Manchester City.