La pegada marca la diferencia en el Di Stéfano

El regreso de Hazard, cuyo estado de forma deslumbró a su vuelta al trabajo en la Ciudad Deportiva de Valdebebas dos meses y medio después de recaer de la lesión que ha lastrado su primera campaña de blanco, es el principal motivo de esperanza de un equipo que se marchó al parón cabizbajo pero que retorna convencido de su capacidad de remontar la desventaja que tiene respecto al Barça.

Sin margen de error después de dejarse ocho de los quince últimos puntos en liza antes de que el coronavirus detuviese el balón, al Real Madrid no le queda más remedio que firmar un expediente inmaculado en las cinco semanas que quedan para que finalice la Liga. Se trata, en suma, de emular los registros de la primera campaña de Zidane en el banquillo, cuando completó un pleno al once que le permitió recortarle otros tantos puntos al Barça y poner al rojo vivo una Liga que terminaría decantándose a favor del bando azulgrana en la última jornada.

El marsellés alcanzará frente al Eibar los 200 encuentros como entrenador del Real Madrid, superado sólo por Miguel Muñoz (605) y Vicente del Bosque (246) en cuanto a longevidad en el cargo. Le contemplan diez títulos, pero una campaña en blanco podría amenazar su continuidad. Para tratar de evitarlo, recuperará las rotaciones que le catapultaron al histórico doblete Liga-Champions en la campaña 2016-2017. Así lo aconseja el exigente calendario y la profundidad de la plantilla, aunque con todos sus hombres de máxima confianza disponibles, incluyendo a Marco Asensio once meses después, lo natural sería que se decantase por un once de gala para el primer envite, donde la capacidad de adaptación al nuevo escenario marcará diferencias.

Zidane tiene las bajas de Jovic, con una fractura en el pie derecho que probablemente le impedirá jugar en lo que queda de curso, y de Mariano, que sigue afinando su puesta a punto tras incorporarse más tarde a los entrenamientos, lo que deja a Benzema como único nueve de referencia. A esas ausencias se suman las de Nacho, con una lesión muscular en el recto anterior derecho, y Lucas Vázquez, al que una sobrecarga en la pierna derecha impedirá formar frente al Eibar como hiciera en la primera vuelta en Ipurura, escenario de una actuación coral del Real Madrid bajo la lluvia que se saldó con victoria visitante por 0-4 gracias a un doblete de Benzema, tantos de Sergio Ramos y Valverde y una versión eléctrica de Hazard.

El '7' está fino y con la ambición de ser determinante en la hora de la verdad, aunque Zidane tendrá que administrar sus minutos. Marcelo le ganó a Mendy la pugna particular que mantienen en el lateral izquierdo y será de la partida, con Casemiro, Modric y Kroos en la medular. La gran sorpresa del once es la entrada de Rodrygo para conformar el tridente atacante con Benzema y Hazard.

Como al Real Madrid, la paralización de la competición pilló en una mala dinámica al Eibar. Tres puntos en las cinco últimas jornadas le han dejado al borde del abismo y le aguarda un calendario endemoniado, con visitas a Real Madrid, Getafe, Granada, Sevilla, Español y Villarreal, mientras que en Ipurura recibirá a Athletic, Valencia, Osasuna, Leganés y Valladolid.

Mendilibar, que ganó hace trece años en el Di Stéfano al frente del Valladolid, recela de la mudanza de los blancos a un estadio del que también salió vencedor el Eibar en su última visita allá por 2014, cuando un gol de Ander Capa le dio la victoria al equipo que entonces dirigía Gaizka Garitano frente al filial madridista. Enemigo de las novedades en el fútbol, discrepa de las alteraciones que apareja esta nueva normalidad. Considera que adulteran la competición, lo que no le impedirá poner todos sus recursos al servicio de la causa armera. Sólo tiene las bajas del central Iván Ramis y el centrocampista Gonzalo Escalante y un gran desafío: derrotar al Real Madrid en su feudo, algo que nunca ha logrado el Eibar.

Las primeras veces siempre dejan huella. A veces son alentadoras y otras, decepcionantes. El Real Madrid disfrutó de la primera variante en su debut en el Alfredo di Stéfano, con una

Replicó el Real Madrid la

Bautizo de altura para la

El gol no descompuso a los visitantes, que merodearon el empate en un remate desviado de Kike García en el área pequeña. El Eibar le discutía la posesión a los blancos y se asomaba con cierta asiduidad a la frontal del área. Pero

El parón le devolvió la pegada, al menos en el primer episodio de este desenlace frenético, al equipo de Zidane, obsesionado con mejorar la definición en las semanas previas al regreso. Porque a la tercera embestida cayó la sentencia. Se asoció Hazard con Benzema, que citó al '7' con Dmitrovic. Repelió el cancerbero, pero el postrero despeje de Sergio Álvarez

Dejó Zidane a Carvajal en la caseta al intermedio para dar entrada a Mendy. La baja por lesión de Nacho ha situado al '2' como único lateral diestro de la plantilla, pero el experimento con Mendy a pierna cambiada sorprendió por la presencia en el banco de Militao, asiduo al puesto mientras crecía como futbolista en Brasil y durante sus últimos meses en el Oporto. El internacional con la Canarinha acabaría en el eje de la zaga para dosificar a Sergio Ramos en la media hora final, cuando Zidane le alistó en un carrusel de cambios que sacaron del verde al sevillano, a Hazard y a Rodrygo para dar la alternativa al '3', a Bale y a Vinicius.

Para entonces

La cómoda renta había provocado un exceso de confianza del Real Madrid, que bajó las revoluciones con el depósito de gasolina justo y dio aliento al Eibar. Con la guillotina del descenso pendiendo sobre los armeros, el equipo de Mendilibar pugnó por seguir acortando distancias, impelido por las urgencias propias y la disipación blanca. Pero el duelo murió sin más historia en