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P. RÍOS
BARCELONA
Domingo, 8 de diciembre 2019, 15:01
Ha tardado, pero ahora sí se puede decir que el Barcelona va en serio y que sus resultados tienen una consonancia con el juego desplegado. Tras una travesía con baches y pinchazos en la que casi se le cala el motor, tuvieron que llegar ... dos partidos de la máxima exigencia ante Borussia Dortmund y Atlético para que el bólido azulgrana comenzara a carburar y a acelerar. Y tras esas dos victorias clave en Liga de Campeones y Liga, el Mallorca ya se encontró a un equipo desmelenado que más allá del 5-2 final creó más de 20 ocasiones claras.
El equipo de Ernesto Valverde, que el martes podrá hacer todas las rotaciones que quiera en Milán ante el Inter al estar ya clasificado como primero de grupo para los octavos de final europeos, afrontará el sábado otra prueba de fuego, en Anoeta frente a la Real, antes del clásico del miércoles 18 de diciembre en el Camp Nou. De momento es líder por mejor 'goal average' general que el Real Madrid: +23 a +21.
Y en esa transformación liderada por la mejor versión de Messi, que ya es Pichichi con 12 goles tras su tanto en el Metropolitano y su triplete ante el Mallorca para celebrar su sexto Balón de Oro, un jugador ha aparecido quizás para cambiar su destino: Ivan Rakitic.
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El centrocampista ha recuperado la titularidad justo a tiempo, antes de un mercado de invierno en el que estaba llamado a cambiar de aires. Ahora nadie entendería su venta porque nadie se compenetra con Busquets y De Jong como él además de cubrir las espaldas de Messi y de hacer las coberturas a Sergi Roberto, impresionante como lateral derecho en sus dos últimos partidos. Pero eso ya se sabía. El problema fue su pretendida inclusión en la fallida 'operación Neymar' en agosto. Quedó claro que el club azulgrana necesitaba ingresos por un titular indiscutible desde 2014 y eligió a un jugador con cartel y una edad que haría entender la renovación de la plantilla. Pero aquello no sólo no salió bien sino que dejó a Rakitic deprimido y pensando en irse en enero con el visto bueno de Valverde, que tampoco le ayudó con sus decisiones técnicas. Sin embargo, al Barcelona le faltaba una pieza para encontrar el equilibrio y estaba arrinconada. Rakitic vuelve a disfrutar. Y el Barcelona a mandar. Y si hay que vender a alguien, quizás el hombre sea ahora Arturo Vidal.
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