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Qué sería del fútbol sin polémica. Después de que el Real Madrid dejase en Ipurua ante el Eibar algunos de los mejores momentos de juego en toda la temporada, cuando guiado por sendas versiones de Benzema y Modric propias de una segunda juventud se ... convirtió en un vendaval imparable para los armeros en 20 primeros minutos de lujo, el debate sobre el arbitraje acabó eclipsándolo todo en un final inesperado.
El centrocampista croata y el delantero francés dieron continuidad a dos momentos de forma que invitan a dudar de los 35 y 33 años que dictan los documentos oficiales. Es algo que se prolonga en las últimas semanas después de aquel revés en Kiev ante el Shakhtar que puso a Zidane contra las cuerdas. Con el técnico en el alero, dos de los hombres fuertes en el vestuario del Madrid salieron en su defensa como mejor saben, sobre el terreno de juego.
Bien pudo haber quedado sentenciado el duelo en un cabezazo franco de Benzema que hubiera supuesto el 0-3, pero el paso adelante del Eibar en su habitual presión arriba, incapaz de frenar una impecable salida de balón madridista en el primer cuarto de partido pero efectiva a partir de entonces, y un golazo de Kike García que metió en el duelo a los pupilos de Mendilibar, acabaron variando sustancialmente el guión en territorio armero. Quizás también fruto precisamente de esa escasa rotación a la que ha acabado recurriendo Zidane a tenor de que solo su vieja guardia parece garantizarle el éxito, el plácido paisaje para el Madrid hasta entonces mutó en el campo de minas que se esperaba hasta la jugada que acabó centrando todas las miradas.
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Un balón centrado al área blanca lo tocó de cabeza el japonés Muto y el esférico, que iba hacia la posición de Kike García, en situación de ventaja para el remate, golpeó en el codo de Sergio Ramos, en una posición natural tras el salto. Hasta hace un par de temporadas la jugada no hubiera generado mayor debate: ninguna voluntariedad en una gestoforma lógica por parte del central andaluz. Eso es lo que debió interpretar sobre el césped José Luis Munuera Montero, sin que el árbitro de VAR, Guillermo Cuadra Fernández, contradijese desde el VOR de Las Rozas la decisión.
Sin embargo, el debate reside en la interpretación de las manos, que con la revisión de la normativa al respecto generan debate. Explicó el Comité Técnico de Árbitros en su momento que según el nuevo criterio aplicado a las manos, éstas pasaban a ser punibles en caso de que supusieran que el defensor ocupe un espacio superior, tal y como parece en las imágenes de la jugada. No obstante, el baremo sigue sin estar claro, al menos para futbolistas y entrenadores.
Así lo manifestaron varios de los protagonistas del partido. En este sentido, Carvajal mostró sus dudas al respecto: «Se debería aclarar (el criterio) tanto a favor como en contra». Y es que el lateral derecho madrileño insistió en el hecho de que los futbolistas siguen sin tener clara la pauta a seguir, algo especialmente grave si se tiene en cuenta que ellos son los protagonistas de las acciones y el desconocimiento condiciona su forma de abordarlas. Puso como ejemplo el jugador dos acciones en partidos del Madrid: en el penalti señalado a Nacho Fernández ante el Alavés y en una jugada de Ander Capa frente al Athletic. «Remata Muto y a mi parecer toca, pero no sé si es mano. A veces las pitan y otras no. La verdad es que es un poco confuso», explicó al término del encuentro Kike García.
Mendilibar también dejó claro su desconcierto y aludió a las sensaciones del propio Ramos: «Creo que a Sergio Ramos, que es al que le ha pegado en la mano, también le ha parecido, por que lo ha estado comentando con jugadores nuestros, pero así queda la cosa». El técnico vasco, un firme opositor al VAR desde que se implantó en la Liga hace ya casi temporada y medua, extendió sus críticas a la revisión de la jugada mediante videoarbitraje, poniendo en duda la misma: «Yo solo sé que en 20 segundos lo han decidido y lo han visto muy claro. No han ido ni a ver el VAR hoy y lo habrá visto muy rápido el que haya estado en la sala».
Tampoco Ronald Koeman, crítico habitualmente con el arbitraje, se resistió a pronunciarse sobre la acción. «No lo entiendo. Nueve de cada diez personas hubieran pitado penalti, pero no el árbitro. Ya sabemos», deslizó el técnico del Barça.
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