El Real Madrid se queda helado en El Sadar

El conjunto de Chamartín tenía previsto volar el sábado, como siempre hace los días de partido, pero atendiendo la petición de LaLiga adelantó el viaje al viernes para intentar evitar males mayores. El despegue estaba programado para las 19:00 horas, pero con los futbolistas y el cuerpo técnico ya en el avión, la intensa nevada caída en la capital española que congeló las pistas obligó a cerrar el Aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez, dejando atrapada a la expedición en la aeronave y con un cabreo monumental. Sin saber si podrían desplazarse el viernes o tendrían que probar fortuna de nuevo el sábado, la indignación fue en aumento conforme pasaban los minutos. El conjunto merengue pudo despegar finalmente a las 23:00, cuatro horas después de lo esperado y con los nervios a flor de piel. Ahora, superado el enredo, confía en salir bien parado tras unos días sobresaltados.

Porque si la ausencia de cita intersemanal concedía espacio a Zidane para preparar con más calma de la habitual el duelo contra el cuadro rojillo, el contacto del marsellés con un contagiado por coronavirus dio la voz de alarma en Valdebebas, comprometiendo la presencia del técnico en un feudo al que la falta de público por la pandemia ha desprovisto del carácter intimidatorio que tantas veces pasó factura al Real Madrid en el pasado. El preparador no pudo estar en el entrenamiento del jueves, pero como la PCR a la que se sometió dio negativo, supervisó la práctica del viernes y LaLiga dio luz verde a que dirigiese un choque al que los contendientes llegan con dinámicas opuestas.

Osasuna lleva dos meses y medio sin ganar en Liga y solo ha sumado cuatro de los treinta últimos puntos en liza, una racha que le ha mandado al fondo de la tabla. Situación muy distinta a la que vive el Real Madrid, segundo a dos puntos del Atlético tras recolectar 19 de los 21 más recientes. La escuadra de Zidane afrontará la semana que viene la Supercopa de España, en la que defiende título, con la semifinal frente al Athletic el jueves. Pero para llegar a ese pleito en la mejor disposición posible tendrá que hacer antes los deberes en el torneo de la regularidad.

Zidane lleva semanas exprimiendo a sus pretorianos, pero en algún momento tendrá que administrar el kilometraje de esos futbolistas. Tiene las bajas de Carvajal, por sanción, y de Rodrygo, por lesión, a las que se sumó a última hora la de Jovic, con una sobrecarga. La ausencia de Carvajal abre hueco a Hazard, ya que Zidane retrasará al lateral derecho a Lucas Vázquez.

Osasuna acude con bajas sensibles. A las ausencias por lesión de Chimy Ávila y de Ruben Martínez se une la de Darko Brasanac, que permanecerá entre cuatro y cinco semanas en el dique seco por una fractura en el peroné. Tampoco podrá contar con Adrián López, que ha recaído de su rotura en el sóleo de la pierna derecha, ni con Lucas Torró, ya en la recta final de la recuperación de su lesión en el bíceps femoral de la pierna izquierda.

El Real Madrid recordará durante bastante tiempo su visita a Pamplona. Porque si el viaje a la capital navarra

Abocado de nuevo a posesiones intrascendentes,

No en vano, la disposición táctica de ambos equipos respondió al guion más previsible desde el primer momento. Esperaba Osasuna a un Madrid que gobernaba la pelota con las lógicas dificultades que imponía

Había asegurado Zidane en la previa que la borrasca Filomena no condicionaría su once y así fue en efecto. Porque

Sin Carvajal, sancionado, y con Lucas Vázquez como recambio en el lateral diestro, los blancos carecían de profundidad por las bandas y les costaba encontrar espacios por el centro ante la buena labor del cuadro rojillo. Suele sufrir más el equipo de Zidane frente a los rivales que se le cierran que contra aquellos que admiten el cuerpo a cuerpo. No es un dato baladí que hubiese sucumbido ante tres de las cuatro escuadras que menor porcentaje de posesión registraban antes de la jornada 18. La que completaba ese furgón de cola era precisamente Osasuna, que también terminó propinándole un zarpazo. Se explica así que los visitantes

Regresó el Real Madrid de vestuarios con otra marcha. Lucas Vázquez probó los guantes de Herrera con un centro-chut para coronar una acción en la que Modric rompió con un pase de tiralíneas y luego Asensio con un remate tras un control magistral que sacó el arquero de puños. El ímpetu de los blancos comenzó a activar a Benzema, desaparecido en el primer tiempo, y a Hazard, animoso pero con poca chispa.

Retiró Zidane a Asensio para dar entrada a Valverde, lo que significaba un cambio de dibujo. Del 4-3-3 al 4-4-2, con Hazard formando dupla ofensiva con Benzema. El Madrid apretaba, pero Osasuna se desplegaba con suficiencia.