El Levante refresca las miserias del Barcelona

El Barça es líder y tiene la oportunidad de seguir sumando e intimidando a sus rivales directos en la lucha por el título pese a haber disputado un partido menos, el clásico ante el Madrid aplazado hasta el 18 de diciembre. Sin embargo, tendrá que ser muy intenso ante un Levante capaz de lo mejor (1-2 en casa de una gran Real Sociedad entre semana) y de lo peor (0-1 en el Ciutat de València el pasado domingo ante un Espanyol ahogado en la tabla).

A Ernesto Valverde le llovieron este viernes preguntas sobre Griezmann en rueda de prensa por esa última jugada ante el Valladolid en la que Luis Suárez y Messi miraron a todo el mundo menos a él antes de perdonar el 6-1 en el tiempo añadido. «Si cumple con las expectativas, seguirá jugando», afirmó en alusión al francés el técnico del Barcelona, negando que haya mal rollo en el tridente azulgrana. Los tres serán titulares en el ataque.

Dembélé, pese a haber cumplido sus dos partidos de sanción, se quedó fuera de la convocatoria facilitada por la tarde por Valderde, lo que se puede interpretar como un castigo al extremo francés. El entrenador azulgrana cree en Dembélé, pero el jugador no le corresponde con buena actitud. En el caso de Ansu Fati, titular el martes, volvió a la tierra con una actuación discreta, buena excusa para que Valverde se tome con calma su apuesta por el niño que desde el jueves tiene ya 17 años. Sigue de baja Umtiti y se intuye el regreso de Arthur a la media tras rotar frente al Valladolid.

El Barça defiende además el liderato, algo que refuerza a Valverde pese a las críticas. «Ir primeros en Liga y Liga de Campeones sólo nos dice que estamos donde queremos, y eso ya es importante», apuntó, recordando que el martes hay otro pulso muy complicado ante el Slavia de Praga en Europa, ahora en el Camp Nou.

El Levante afronta el pulso sabiendo que le ha creado problemas al Barça a menudo, por mucho que el conjunto azulgrana casi siempre haya salido airoso. Los de Valverde ganaron la Liga el pasado curso venciendo por 1-0 a los de Paco López, pero sufriendo mucho. Y hace dos temporadas el equipo culé sólo perdió en toda la Liga en el Ciutat de València en la penúltima jornada (5-4). «Si nos cogen en las contras puede pasar cualquier cosa», avisa Valverde, aunque Paco López admite que «para ganar hay que hacer un partido casi perfecto».

Zarpazo mayúsculo para el Barcelona en el Ciutat de València. Llegaba el conjunto azulgrana como líder y tras una racha notable de siete victorias seguidas, pero errores del pasado resurgieron ante un rival que afrontaba el duelo en una nube tras su victoria en San Sebastián. Mantuvo su alegría el Levante que derrotó al equipo de Valverde remontando el gol inicial de Messi y sacando las vergüenzas defensivas de un equipo acomodado. Acomodado y errático. Sin más.

Parece haberle cogido el punto el Levante al equipo azulgrana, aunque el Barça esté patinando en exceso cuando juega lejos del Camp Nou en la presente temporada. Athletic, Granada y Levante le han terminado hincando el diente al vigente campeón. Y lo peor es que ya no es sorpresa.

Tan cómodos habían sido los últimos partidos del Barcelona, que la presión y la rapidez con la que el Levante buscaba la meta de Ter Stegen se antojaban asfixiantes para el juego parsimonioso del equipo de Valverde. Y pese a que era más la tensión con la que llegaba el cuero a las inmediaciones del portero alemán que el peligro real en la primera mitad (se marcharía el partido al descanso sin que el cuadro granota tirase una sola vez entre los tres palos), el equipo de Paco López acabaría sacando tajada.

Las distintas modificaciones que llevaría a cabo Valverde durante el propio partido no terminaban de lograr el objetivo y el Barça se llevaba un severo correctivo en apenas ocho minutos. Desmembrado, aturdido por la rapidez del rival, fue cayendo en errores impropios de un equipo de la élite. La lesión de Luis Suárez antes del descanso tampoco ayudó, pero sería grave pensar que el descalabro llega por esta ausencia. Mucho habrá que repasar con la medular y la línea defensiva de lo vivido en tierras valencianas.

No conseguía hilvanar una jugada de cierto peligro el conjunto azulgrana hasta que Messi logró por fin entrar en contacto con el balón. Dejó franco a Griezmann ante la portería de Aitor, quien salvaría a los suyos hasta en dos ocasiones. Primero a tiro del galo y, minutos más tarde, ante el propio Messi. Todo esto cuando se había consumido ya media hora de juego.

El argentino sólo lograba batir al de Mondragón desde la línea de penalti. Una pena máxima que llegaba con polémica. No ya por la clarísima falta de Miramón sobre Semedo sino por el inicio de la jugada y la posición de Griezmann. Tanto mareó la perdiz el Barcelona con el cuero, que ni el VAR entendió que la jugada era la misma. También es verdad que no se le recordaba jugaba tan larga al equipo culé en mucho tiempo.

Sería un espejismo en el general del partido culé, porque con el segundo tiempo llegó la locura en el Ciutat de València. El Levante mantuvo la presión arriba, pero el acierto le acompañaría en lo que se convertiría en la gran pájara del Barcelona. En apenas ocho minutos, Campaña, Mayoral y Radoja daban la vuelta al marcador para sonrojo de Valverde y los suyos. Tantas fueron las facilidades defensivas y desajustes que parecían ya olvidados que recordaron al Barcelona de los primeros partidos de la temporada.

Por mucho asueto que Valverde dé a Busquets, el mediocentro ha perdido el halo que lo acompañaba, algo parecido lo que le ocurre a un Piqué más perdido en protestas y roces que en cogerle la espalda al defensor. Visto lo visto, fueron muchos los errores ante el Levante que se repitieron de los primeros partidos. Valverde, inmutable, nada pudo hacer para cambiar el sino del choque.