Secciones
Servicios
Destacamos
EFE
LEGANÉS
Sábado, 13 de junio 2020, 07:40
Más de cien días después el estadio de Butarque volverá a acoger un partido oficial y no será uno cualquiera ya que tanto el Leganés como el Real Valladolid se juegan tres puntos vitales en la lucha por la permanencia.
Separados por sólo seis ... puntos de diferencia, con los madrileños ocupando puestos de descenso, la victoria le permitiría a quien la consiga tomar algo de aire y afrontar con confianza las diez jornadas restantes.
La cita servirá además para comprobar cómo llegan los dos contendientes tras el parón por la crisis sanitaria del coronavirus y en qué medida les afecta jugar a puerta cerrada, algo a lo que tendrán que acostumbrarse ya que será habitual a corto-medio plazo.
Lejos quedan de momento los partidos con público, el último de los cuales se llevaron los pepineros en el campo del Villarreal. Un resultado positivo, como lo son los precedentes históricos contra los vallisoletanos, a los que han ganado en los cuatro choques donde ejercieron como locales y contra los que sólo han perdido una vez en nueve ocasiones.
En lo que respecta a la plantilla, el técnico mexicano Javier Aguirre tendrá disponibles a todos los integrantes de la misma si bien el argentino Alexander Szymanowski, que ha trabajado en periodos breves con el grupo desde el retorno a la actividad, aún sigue recuperándose de una grave lesión.
Por su parte el Real Valladolid afronta el reto con la única baja confirmada del guardameta José Antonio Caro, quien sufre una hiperextensión en el codo izquierdo y será sustituido a priori en la convocatoria por el portero del equipo filial, Samuel.
Son muchas las incertidumbres a las que se verán sometidos todos los equipos, y los jugadores del Real Valladolid son conscientes de la necesidad de abstraerse de todo lo que no sea el importante partido que abordarán este sábado en Butarque, en el que aspiran a sumar los tres puntos.
Durante estas semanas de pretemporada, se ha hecho hincapié en el plano físico, tal y como ha reconocido Sergio González, con el fin de que todos recuperaran el tono y para evitar posibles lesiones, por lo que el aspecto táctico ha quedado en un segundo plano, si bien se han dedicado a él estos últimos días.
«Me preocupa que el Leganés haya perdido el miedo a perder», ha sido una de las frases más destacadas del técnico catalán en la previa del choque ante el conjunto madrileño, un rival que «va a jugar mucho más desinhibido y con mucha intensidad», lo que los vallisoletanos deberán igualar, si quieren sacar algo positivo de su visita.
Va a ser una gran piedra de toque para conocer el estado real de la plantilla blanquivioleta, su capacidad de adaptación a la nueva situación, a los cambios en la normativa, al hecho de no tener público y de tener que seguir respetando los protocolos de seguridad, aunque todos confían en que, una vez ruede la pelota, se olviden todos los condicionantes externos.
Saben que no va a ser un partido fácil, ni desde el punto de vista deportivo, ni desde el emocional, de ahí que todos se hayan conjurado para unirse, dar el máximo rendimiento y demostrar que son capaces de superar cualquier obstáculo, máxime si delante tienen a un equipo que se está jugando lo mismo que ellos.
También queda aparcada la dinámica negativa del cuadro blanquivioleta en los últimos encuentros ligueros, con derrotas ante la Real Sociedad, y el Athletic, en este caso, de manera abultada y, por tanto, se produce un nuevo comienzo con el firme propósito de cambiar esa racha.
El Valladolid sumó tres puntos vitales en la pelea por seguir en la máxima categoría del fútbol español al cosechar su primera victoria histórica en Butarque (1-2) ante un Leganés que pagó los fallos cometidos.
Como si tuviera un pálpito o un mal presentimiento el técnico local Javier Aguirre, que optó por fortificar el once en el arranque con un dibujo compuesto por cinco defensas y cuatro centrocampistas, había insistido durante la rueda de prensa previa en la necesidad de mantener la concentración para no cometer errores innecesarios.
La sabiduría que da la experiencia, fruto de haber vivido muchos episodios con tintes trascendentales a lo largo de su carrera como futbolista y como entrenador, le permitió hacer un vaticinio que le tocó lamentar en la banda cuando solo se habían cumplido dos minutos de juego.
Leganés
Cuéllar; Rosales (Avilés, m.87), Bustinza (Assalé, m.46), Omeruo, Awaziem, Jonathan Silva (Ruibal, m.58); Amadou, Roque Mesa (Bryan Gil, m.58), Óscar Rodríguez, Kevin Rodrigues; y Carrillo (Guerrero, m.77).
1
-
2
Valladolid
Masip; Moyano, Joaquín, Salisu, Nacho; Óscar Plano (Hervías, m.67), Rubén Álcaraz, Fede, Raúl García (Waldo, m.80); Ünal (Javi Sánchez, m.87) y Sergi Guardiola (Sandro, m.80).
GOLES 0-1: min. 2, Ünal. 0-2: min. 53, Alcaraz. 1-2: min. 83, Óscar Rodríguez, de penalti.
Árbitro Mario Melero López (Comité andaluz). Amonestó a Sergi Guardiola (min.29), Óscar Plano (m.39), Salisu (m.82) y Fede (m.89).
incidencias Encuentro correspondiente a la jornada veintiocho de LaLiga Santander disputado en el estadio de Butarque a puerta cerrada como consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus. En la previa se guardó un minuto de silencio en memoria de los fallecidos durante la pandemia.
Un balón sin aparente peligro que venía desde el centro del campo llegó a esa tierra de nadie en las inmediaciones de la media luna a la que tiene que salir el portero para despejar o donde tiene que controlar la situación uno de los defensas.
Cumplieron con su cometido tanto el 'Pichu' Cuéllar como el nigeriano Chidozie Awaziem pero lo hicieron sin pensar el uno en el otro. El resultado fue un cabezazo hacia atrás del zaguero que pilló al guardameta fuera de sitio. El turco Enes Ünal, que había acudido a la presión más por obligación que por fe, se encontró con un regalo que llevó a las mallas con comodidad.
En un choque donde se veían las caras dos de los conjuntos menos goleadores de la competición, abrir la lata era como encontrar un diamante. Y a pulirlo y conservarlo se dedicaron los visitantes sin que los leganenses demostraran mucha capacidad para quitárselo.
Espesos en la construcción del juego de ataque, con un planteamiento que se había hecho líquido al primer aliento, solo un intento de Kevin Rodrigues que pasó cerca del palo en el minuto once llevó peligro en los cuarenta minutos iniciales.
Antes del descanso la tuvo también Carrillo al mandar fuera en una ubicación cómoda pero en posición de cierto escorzo una dejada de cabeza de Kenneth Omeruo posterior a un centro preciso desde el costado diestro de Roque Mesa.
Tras el paso por vestuarios Aguirre optó por retirar una pieza en la retaguardia, Bustinza, para sumar otra en la ofensiva, Assalé. Eso y la 'inyección' de adrenalina que seguramente le puso el mexicano a los suyos en el vestuario les hizo dar un paso al frente.
Fruto de ello se produjeron un par de acercamientos a la portería del Valladolid, ninguno de los cuales intimidó en exceso. No necesitó en cambio el equipo de Sergio asomar demasiado para ampliar su renta.
Una gran internada de Óscar Plano por el carril derecho le llevó hasta la línea de fondo, desde donde trazó un centro que desvió Cuéllar hacia el corazón el área. El esférico le cayó franco a Raúl García para que ejecutara a su ex equipo, pero no acertó a rematar este. Si lo hizo Alcaraz, quien le pegó con el alma y la incrustó en la portería.
El revés, en condiciones normales, ya hubiera sido muy doloroso. Pero sin público en las gradas mucho más. La de Butarque es una parroquia que no se encoge en los momentos difíciles, que se activa si los suyos son capaces de enganchar dos ataques seguidos en cualquier contexto del enfrentamiento.
Al gol esta vez sin embargo le sucedió el silencio, una agonía que el anfitrión encaró con buenas formas pero carente de dinamita. Se sucedieron un cabezazo de Carrillo que se perdió desviado, un tiro de Óscar Rodríguez desde casi el centro del campo que botó delante de Masip y este blocó con solvencia y un disparo lejano de Ruibal que corrió el mismo destino.
Mientras los blanquivioletas dejaban también destellos que les permitieron acariciar el 0-3, especialmente en un tiro de Sergi Guardiola al que le faltó poro para encontrar el marco después de un gran control con el pecho.
Parecía pues que el combate languidecería hasta su conclusión pero le quedaba una bala a los madrileños al transformar Óscar Rodríguez un penalti cometido por Salisu sobre Roger Assalé. Era el estímulo que necesitaban para lanzarse a por todas.
Lo hicieron ante un Valladolid bien parapetado que frenó cualquier intención para salir reforzado, abriendo distancia con la cola de un pelotón que el contrario no va a tener fácil de abandonar en las diez jornadas que restan.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.