LaLiga recurrirá, pero el clásico se jugará el 18 de diciembre

«El tiempo procesal de la tramitación de las medidas cautelares generaría una incertidumbre en los aficionados de España y de todo el mundo, como consecuencia de posponer en el tiempo, aún más, la fecha segura de la celebración de este partido emblema de LaLiga», reconoció este jueves la patronal de clubes. Sin embargo, LaLiga sí asegura que ejercitará las acciones judiciales y administrativas pertinentes, «para exigir responsabilidades a las instituciones y personas intervinientes que causan un daño irreparable al fútbol español».

Una vez aplazado el encuentro, el Barcelona y el Real Madrid se pusieron de acuerdo en el 18 de diciembre, pero tal fecha rechazada por LaLiga por ser un día entre semana y coincidir con la Copa, por lo que Javier Tebas propuso, tras pedir sin éxito cambiar el orden de campos, el 7 y posteriormente el 4 de diciembre. LaLiga considera que «una vez revisado el calendario, la primera fecha material en la que ambos contendientes pueden disputar el partido aplazado es el 4 de diciembre, y no el 18. Este también es el criterio establecido en el art. 4.2.3 de las Bases de Competición de Primera y Segunda División de la FEF. Es decir, y a diferencia de lo que sostiene el Comité, sí existe un procedimiento específico para la fijación de la fecha de un partido aplazado: fijarlo en la primera fecha materialmente disponible; y esa era el 4 de diciembre de 2019», insiste LaLiga.

«Sorprende en esta situación que el Comité de Competición de la FEF valore criterios deportivos de otras competiciones, sin tener en cuenta los criterios deportivos de la competición nacional, que es la que debe defenderse», lamenta LaLiga, para la que la resolución del primer tribunal de justicia federativo, infringe el Real Decreto-ley 5/2015 para la comercialización conjunta de los derechos audiovisuales, el convenio de coordinación entre la patronal y la FEF, las propias bases de la competición, la integridad deportiva de ésta, los compromisos audiovisuales adquiridos con los operadores y los derechos audiovisuales de los clubes.

«No es razonable, ni legal, privar a LaLiga de una facultad tan importante para la comercialización de los derechos audiovisuales como es la fijación de la fecha de los partidos de las competiciones que comercializa y organiza; y menos aún cuando ese partido es un clásico y la comercialización conjunta, con sus beneficios y sus daños y perjuicios, afecta a todos los clubes de la competición profesional», argumenta LaLiga.