«Joaquín se va, pero el Betis se queda; es eterno»

Rodeado de los suyos, familiares, amigos, directivos, cuerpo técnico y compañeros del Betis, el capitán verdiblanco compareció ante los medios de comunicación visiblemente emocionado. Un sinfín de recuerdos pasaban en ese momento por su cabeza, pero especialmente el primer día, la llamada del entonces entrenador bético, Fernando Vázquez, para formar parte del primer equipo. «Me llamó para incorporarme a la primera plantilla. Llamé a mi padre para decirle que ya era jugador del mejor equipo del mundo, el Real Betis Balompié», recordó entre lágrimas, retornando a aquel verano del año 2000 en el que entró a formar parte del equipo de su vida, entonces en el infierno de la Segunda División.

Con ese conjunto integrado por Prats, Denilson, Benjamín Zarandona, Capi, Cañas o Amato y dirigido en primera instancia por el gallego Fernando Vázquez y posteriormente por otra leyenda del Villamarín, Luis del Sol, el equipo de las 13 barras retornó entre los mejores del fútbol español con 38 partidos y 3 goles de Joaquín. Se estaba gestando la preciosa historia del futbolista bético más icónico del siglo XXI.

«Gracias a la afición bética, que es lo que da sentido a este club, la del 'manque pierda», señaló a continuación, echando mano al nudo de la corbata, aunque el nudo estaba en la garganta. Mirada cómplice hacia Rafael Gordillo, otro símbolo del beticismo, otro embajador impagable del club de Heliópolis y sus valores.

«No veas la que me daba Gordillo para que siguiera adelante. Ellos sabían que podía seguir disfrutando del fútbol y así lo hicimos. Él en su etapa era el Betis. Para mí era mi hermano mayor. Me alegro de que la nueva ciudad deportiva del Betis lleve tu nombre», dijo en referencia al que fuera futbolista del Betis y del Real Madrid.

Se abre una nueva etapa para un hombre polifacético como pocos pero que ha amado el fútbol casi por encima de todo. Por eso confesó que le da miedo «echar de menos el fútbol más de la cuenta». «Eso me da un poquito de pavor. Ese olor a hierba mojada, a vestuario, a botas... Ducharte con los compañeros cada día, reírte, la broma...», enúmero a continuación sobre todo aquello que pasará a añorar una vez acabe esta temporada, la última de su carrera.

«Joaquín se va, pero el Betis se queda. Es eterno. Viva el Betis», concluyó el '17' verdiblanco, al que todavía le queda por delante el reto de superar a Andoni Zubizarreta y convertirse en el jugador con más partidos en Primera antes de dar el salto definitivo a la televisión, donde a buen seguro su ingenio le deparará otra destacada trayectoria lejos del césped.