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Los tropiezos sufridos en un mes de enero negro han dejado el título de Liga en arameo para el Real Madrid, pero Zinedine Zidane se niega a enterrar el hacha de guerra mientras a su equipo le quede un hálito de vida. «Tenemos dos ... competiciones, hay 54 puntos en juego en Liga. Tenemos seis partidos antes de jugar la Champions. Vamos a pelear las dos competiciones hasta el final», proclamó el marsellés en su regreso a la sala de prensa de la Ciudad Deportiva de Valdebebas tras superar el coronavirus. El técnico, que atizó a los periodistas por las críticas recibidas y reiteró que no piensa abandonar la nave, rompió una lanza por su plantilla y aseguró que lucharán mientras tengan opciones matemáticas. «No vamos a bajar los brazos», afirmó en la comparecencia más áspera que se le recuerda.
Tercero con los mismos puntos que el Barça y a diez del Atlético, aunque con un partido más que el líder, al igual que los azulgranas, el Real Madrid está obligado a reaccionar para no perder más terreno en el campeonato de la regularidad, ya que por si fuera poco tiene al Sevilla echándole el aliento. En rojo figura marcada además la cita del día 24 con la Atalanta, correspondiente a la ida de octavos de la Champions. Pero para llegar en la mejor disposición posible a tierras bergamascas precisa elevar cuanto antes su maltrecho ánimo.
El enfrentamiento con el colista podría ser un buen punto de partida, pero también se presenta como un duelo trampa. Porque el conjunto de Chamartín ha ofrecido su peor rostro contra adversarios de la zona baja de la tabla y además el Huesca se ha visto revitalizado desde la llegada al banquillo de Pacheta. Cayó frente al Getafe en el estreno del burgalés, pero logró un meritorio empate ante el Villarreal y firmó su segundo triunfo de la temporada contra el Valladolid en la última jornada. Ahora busca dar la campanada a costa de una escuadra en crisis, enredada en el lío de las renovaciones y lastrada por las bajas pero que confía en que el retorno de su técnico opere como mano de santo.
En su ausencia el Real Madrid cumplió ante el Alavés en Mendizorroza pero se despeñó frente al Levante en el Alfredo Di Stéfano, tras remar con diez durante casi todo el partido. El choque con los granotas volvió a retratar a un bloque mustio en ataque y débil en defensa, con escaso fondo de armario y una lacerante fragilidad anímica. Pese a ello es, junto al Atlético, el mejor visitante del campeonato y nunca hay que darle por muerto.
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Así al menos lo cree Zidane, más receloso que nunca. Se siente en el centro de la diana, pero conserva su ascendente sobre el núcleo duro del vestuario, que siempre ha cerrado filas con el preparador que le guió en su trienio regio en Europa. «Seguro que el próximo año hay que hacer algo», aseveró el francés, que también sacó la cara por sus pupilos. «Dejadnos pelear, a los que ganaron la Liga el año pasado. No hace diez años, el año pasado», espetó con firmeza.
Lo cierto es que muchos de ellos no podrán estar en El Alcoraz. Con Militao ausente por sanción tras ver la roja frente al Levante, Zidane confiaba en recuperar a Sergio Ramos. Pero el capitán, que sí entrenó con el grupo el miércoles y el jueves, se perdió la última sesión y será baja por cuarto encuentro consecutivo a causa de sus molestias de rodilla. El técnico tendrá que echar mano por tanto de Nacho, recuperado ya de la covid-19 pero escaso de ritmo, o del canterano Víctor Chust para acompañar a Varane en el eje de la zaga. Odriozola seguirá en el lateral derecho, ya que tampoco están disponibles por lesión Carvajal y Lucas Vázquez. Valverde, Rodrygo, Hazard e Isco, con un pinchazo en la espalda, completan el parte de bajas, lo que dará a Vinicius una oportunidad de recuperar parte del terreno perdido en el tridente ofensivo.
«Saldremos a ganar al Real Madrid a pesar de ser el mejor equipo del mundo y ser potentísimo», prometió por su parte Pacheta, aunque avisó de que el conjunto blanco podría pisar El Alcoraz «en plan apisonadora o cabreado» por la derrota sufrida en la última jornada. El técnico del Huesca aseguró que no variará su estilo pese a la entidad del rival y enfatizó que el triunfo sobre el Valladolid ha elevado la moral de la tropa altoaragonesa. Recupera a Ontiveros, que no estuvo en Pucela por sanción, pero aún no puede contar con Mosquera, lesionado.
Varane salió al rescate del Real Madrid para darle al equipo de Zinedine Zidane
Comparecía el Real Madrid en El Alcoraz con una extensísima lista de bajas y Sergio Ramos como principal ausente, tras ser intervenido de una
El Huesca copaba los pasillos interiores con el 3-5-2 que dispone Pacheta, por lo que Zidane ordenó ensanchar el campo por las bandas. El mandato daba foco a los extremos,
Huesca
Álvaro Fernández, Maffeo, Siovas, Pulido, Gastón Silva, Javi Galán, Mikel Rico (Juan Carlos, min. 86), Seoane, Doumbia (Ontiveros, min. 73), Rafa Mir y Okazaki (Escriche, min. 62).
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Real Madrid
Courtois, Odriozola (Marcelo, min. 67), Varane, Nacho, Mendy (Marvin, min. 78), Casemiro, Kroos, Modric, Asensio, Vinicius (Mariano, min. 78) y Benzema.
Goles: 1-0: min. 47, Javi Galán. 1-1: min. 54, Varane. 1-2: min. 83, Varane.
Árbitro: Estrada Fernández (C. Catalán). Amonestó a Kroos, Maffeo y Gastón Silva.
Incidencias: Partido de la vigésimo segunda jornada de Liga, disputado en El Alcoraz a puerta cerrada.
Para entonces el Madrid dominaba con soltura pero sin mordiente. Tuvo que pasar media hora para que de las botas de Benzema partiese el primer remate a puerta del conjunto visitante. Álvaro Fernández repelió como pudo el disparo desde fuera del área, que se envenenó al botar justo delante del portero.
Son precisamente los equipos que eluden discutirle la posesión del balón al Real Madrid los que más problemas generan a los blancos. Le sucedió con el Cádiz, con el Alavés en el Di Stéfano, con el Elche o con Osasuna. El patrón se repitió en El Alcoraz y
Estaba contra las cuerdas el Real Madrid, equipo de moral quebradiza donde los haya en estos tiempos. Solo había sido capaz de ganar un partido en el que empezó perdiendo esta temporada, frente al Betis en la tercera jornada. De los nueve restantes, perdió ocho. Por suerte para los blancos, esta vez recuperaron terreno pronto. De modo poco habitual, además. Botó Benzema una falta desde el vértice del área con maestría. Repelió la cruceta el golpeo del francés, pero
El empate galvanizó al Real Madrid. Los blancos ordenaron zafarrancho de combate. Acudió Zidane a Marcelo, su reservista más potable. Apenas había aparecido en Liga en los dos últimos meses, pero conserva la dinamita en ataque y la primera vez que tocó el esférico estuvo cerca de adelantar al Madrid. Un minuto antes había estado a punto de hacerlo Benzema, tras una combinación eléctrica entre Modric, Asensio y Vinicius, pero se topó con Álvaro Fernández.
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No se arredró pese a todo el equipo de Pacheta, que también pudo cobrar ventaja otra vez con un cabezazo imperial de Rafa Mir a centro de Javi Galán que exigió una parada sobresaliente de Courtois con la manopla izquierda y nuevamente con el delantero murciano como protagonista en una contra que no culminó por un pelo.
El balón parado sacó del pozo al Real Madrid. Golpeó Kroos con música una falta al segundo palo, cabeceó Casemiro y
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